La política es adjetivada como social, económica, pública, y otros calificativos más; pero en esencia expresa las ideas, posiciones, decisiones y prácticas de individuos y grupos con intereses de clase concretos.

  • Historia de la Universidad de Sonora (1938-1953). Autor: Miguel Castellanos Moreno.

    Primera edición en el mes de febrero de 1991. En el libro: "La educación en México en mil libros" de Alfredo Mendoza Cornejo, editado por la Universidad de Guadalajara, se comenta de él lo siguiente: "Historia analítica que se aboca a la comprensión de la lucha entre diversas corrientes ideológicas y de poder por crear la Universidad y, posteriormente, por sentar su hegemonía, a fin de hacer de la institución una plataforma política, mediante el vínculo del quehacer universitario con la política partia."

  • Batalla de Puente de Calderón

    A medio camino entre Guadalajara y Tepatitlán de Morelos Jalisco se encuentra Puente de Calderón. Aquí se libró una batalla histórica entre el ejército Insurgente comandado por Don Miguel Hidalgo y Costilla y las tropas realistas dirigidas por el brigadier Calleja un 17 de enero de 1811. El resultado condicionó la libertad de los mexicanos hacia el futuro y costó miles de vidas de patriotas

  • CASA HISTÓRICA EN TLAQUEPAQUE JALISCO

    "Casona antigua del siglo XIX y lugar donde se firmó la adhesión al Plan de Iguala por el General Pedro Celestino Negrete para la Consumación de la Independencia el 13 de junio de 1821 acto por el cual, la Antigua Nueva Galicia, se adelantó por tres meses a la Nueva España y con esto se acabó el reinado militar y opresivo, que al derrotar a Hidalgo en la Batalla del Puente de Calderón, quedó en el poder de 1811 a 1821."

  • INTERIOR DE LA CASA DE VILLA EN SAYULA JALISCO

    En esta agradable casa y con un clima envidiable vivió Villa con parte de su escolta de Dorados

  • AVES EN LA LAGUNA DE SAYULA JALISCO

    La Laguna de Sayula es un humedal que da refugio a una gran variedad de aves migratorias y nativas.

  • CASA DE PANCHO VILLA EN SAYULA JALISCO

    En esta casa habitó Pancho Villa cuando perseguía al huidizo gobernador de Jalisco, Manuel M. Diéguez

  • HOSPITAL EN QUE SE ATENDIÓ AL GENERAL LÁZARO CÁRDENAS

    En esta casa de Teocuitatlán de Corona Jalisco funcionó un hospital en donde se atendió al general Lázaro Cárdenas en 1923. Cárdenas resultó herido en la batalla del Tapanco que perdió contra las fuerzas del general Rafael Buelna.

  • LA TERCERA GUADALAJARA

    En la foto la iglesia de Tlacotán Jalisco. En las cercanías de este lugar se asentó la tercera Guadalajara.

  • Historia de la Universidad de Sonora (1938-1953). Autor: Miguel Castellanos Moreno.

    Primera reimpresión, julio de 2004, en los Talleres Gráficos de la Universidad de Sonora.

  • LA PRIMERA GUADALAJARA

    Guadalajara fue en sus inicios una población errante. En las inmediaciones de Nochistlán Zacatecas (que aparece en la foto) fue establecida por primera vez, el 5 de enero de 1532.

  • EL HOMBRE DE LOS PINOS EN ESPAÑA

    El español Antonio Solá autor de la campaña negra contra Andrés Manuel López Obrador, durante las elecciones presidenciales de 2006, llevó la batuta en Madrid de la difusión del Plan Nacional de Infraestructura 2007-2012, para atraer inversiones de ese país, y planteó la casi segura privatización energética en México. Tomado de La Jornada, 30 de mayo de 2008. 1532.

LA COMPLEJIDAD SOCIAL EN MÉXICO



La década de los ochenta mostró tanto la complejidad de la estructura social como la ineficacia del régimen político imperante, incapaz de enfrentar la crisis económica que asoló al país, y a un presidente de la república que consideró como su principal mérito: haber evitado que el país se nos deshiciera entre las manos. Lo mostró a él y su gobierno incapaces de responder a la sociedad en momentos en que también la naturaleza parecía decidida a ponerlos a prueba. El cismo del 19 de septiembre de 1985, que afectó a la ciudad de México y a otros estados del centro y occidente del país, obró el efecto casi mágico de poner en pié a la sociedad de manera espontánea, se hizo presente ese ente que los teóricos denominan sociedad civil, la cual rebasó al Estado semiparalizado.
Podríamos considerar que hay tres momentos que impulsan a la sociedad civil a ponerse en movimiento:
1. El terremoto de 1985.
2. Las elecciones presidenciales de 1988, y…
3. La insurrección indígena del 1° de enero de 1994.

El papel de la sociedad civil
Hoy está perfectamente claro que la democracia no se agota en la lucha electoral entre los partidos políticos, y tampoco en las formas representativas de las democracias occidentales. Si bien los partidos políticos son necesarios porque de alguna manera expresan la manera en que se divide la sociedad y, también de alguna manera, promueven la participación de los ciudadanos; también es cierto que estos agrupamientos fácilmente se separan de la sociedad, y definen objetivos que sólo tienen sentido para los miembros de esos institutos políticos, para la clase política o para la sociedad política. También es verdad que los partidos políticos con frecuencia inhiben la participación social, no promueven la evaluación de los programas de gobierno por la sociedad, coartan el acceso a la información y no son corresponsables con los programas que aplican.
Por eso la organización independiente de la sociedad civil es necesaria. La realidad reveló su complejidad en forma de frentes, movimientos, redes, uniones, comités, etcétera. En México, por ejemplo, la presión pacífica de un movimiento cívico-político ha impedido hasta hoy que se entregue el petróleo a los grandes consorcios extranjeros, y está por definirse si se deja la ventana abierta a la privatización de ese recurso natural, fundamental para nuestra vida independiente y simplemente para nuestra vida.
El fortalecimiento de la sociedad civil es un proyecto diferente al que se implanta en México y que ha venido fortaleciendo a la sociedad anónima, en detrimento de aquella. Mientras que la sociedad anónima agrupa a personas que tienen una finalidad económica y participan con un capital que dividen en acciones, y sus socios limitan su responsabilidad al importe de las acciones suscritas, la sociedad civil es otra cosa: es la que siempre responde por los quebrantos que ocasionan aquéllos.
Siguiendo a Antonio Gramsci denominaremos sociedad civil a los grupos arrojados o desprendidos de las actividades económicas que adquieren organicidad. Por eso las OSC se encuadran en el proceso de formación de sociedad civil. Podríamos atribuirles dos características:
1) La relación entre sus miembros no es jerarquizada; por esta razón no hay entre ellos obligaciones de mando y obediencia, es decir, son de carácter social más que político. Sabemos que las obligaciones se vuelven políticas cuando están reforzadas por un mando jerarquizado, los miembros ocupan diversos papeles, y reconocen la necesidad de apoyar a la institución a la que se le ha conferido el derecho de mando.
2) Las OSC no son esencialmente organismos económicos, aunque pueden promover el desarrollo económico, no son por tanto sujetos de la legislación fiscal ni de crédito. Es más hasta hace poco no se había podido concretar una legislación sobre ellas. El gobierno federal tuvo que recurrir al anzuelo de los apoyos económicos federales para fabricar una ley que le permita incidir en las OSC que recurran a usar recursos públicos. En ese tenor, el Congreso General decretó la ley Federal de Fomento a las Actividades Realizadas por las Organizaciones de la Sociedad Civil, el 15 de diciembre de 2003, y fue expedida por Vicente Fox el 30 de enero de 2004. Se trata del viejo recurso político priista de estatizar las relaciones sociales, pero ahora desde el ámbito del panismo.
En las democracias occidentales ha cobrado relieve la conformación de Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), o como son mejor conocidas por nosotros: Organizaciones No Gubernamentales (ONG) para acentuar su independencia del poder constituido.
A pesar de la propaganda adversa que se efectúa contra las OSC en algunos países, como es el caso de México, han cobrado relieve a nivel internacional: existe un Comité de Enlace del Banco Mundial con ellas, ya que a éstas les preocupa el impacto de los proyectos que son apoyados por ese organismo financiero internacional. Algunas OSC disfrutan de la condición de observador en el Comité Ejecutivo del Protocolo de Montreal para la Protección de la Capa de Ozono. En mayo de 1993 el Fondo Monetario Internacional (FMI) organizó un seminario sobre macroeconomía y medio ambiente abierto a la participación de las OSC; sin embargo, el diálogo entre ambos es esporádico.
La fuerza de las OSC se encuentra en el interior de cada país, y consiste en la presión que ejecuta para obligar a los gobiernos a ceñirse a los Principios de Buen Gobierno, reconocidos por la comunidad mundial.
Las OSC pudieran definirse como: “entidades independientes, promovidas por técnicos y profesionistas comprometidos con un asunto social que los vincula a los sectores populares, y en torno al cual se definen programas y líneas de acción”.
Mientras que en América del Sur las OSC tienen un papel significativo desde hace mucho tiempo, en México son relativamente recientes, debido a la acción omnipresente del Estado mexicano que invadió la esfera de la sociedad civil, y a que ese espacio también era atendido por algunas universidades públicas que no constreñían su compromiso a las funciones de docencia y de investigación, sino que también contemplaban la extensión universitaria entendida de manera muy amplia. Universidades públicas como las de Puebla, Guerrero, Sinaloa, Zacatecas, y otras en menor escala y proyección, hacían una activa política de extensión universitaria que las vinculaba con campesinos y colonos sin necesidad de formar OSC; se ocupaban de distintas tareas que iban desde la promoción del conocimiento y la cultura hasta la protección del medio ambiente, elementos culturales, y grupos marginados, etcétera.
Las OSC se mueven en torno a los siguientes ámbitos:
1. La asistencia social, basada en el paradigma de la caridad cristiana
2. La filantropía.
3. La solidaridad de clase.
4. La promoción del desarrollo que las vincula con la cooperación.
De esos ámbitos se desprenden las siguientes líneas de acción:
1. La democracia.
2. El medio ambiente.
3. La movilización contra el Tratado de Libre Comercio, que las vinculó con otras OSC del mundo.
4. El conflicto indígena que estalló el 1° de enero de 1994 en Chiapas estimuló la participación de los más diversos grupos sociales, quienes reconocieron la justeza de las demandas de los pueblos originarios. Catorce OSC de Chiapas formaron la Coordinación de Organismos No Gubernamentales de San Cristobal por la Paz (CONPAZ). Durante los primeros tres meses del conflicto participaron cerca de 450 OSC mexicanas y unas 150 internacionales. La importancia de la participación de las OSC fue tal que el gobierno mexicano se vio obligado a suspender la guerra tan solo diez días después de iniciada; el subcomandante Marcos reconoció: la sociedad civil nos impuso la paz.
5. La promoción de los derechos humanos es otra línea de acción con la que las OSC, principalmente externas, lograron socavar la tradicional impunidad de los organismos que administran la “justicia” en México. Allí hay que incluir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA) yal grupo estadounidense American Watch. En México tiene relevancia la Academia Mexicana de los Derechos Humanos, el Centro de Derechos Humanos Agustín Pro, y la Comisión Mexicana de Defensa de los Derechos Humanos.
6. La defensa del patrimonio familiar definió otra línea de acción, en la que cabe destacar al agrupamiento conocido como El Barzón.
7. Cabría incluir otra línea de acción: la de los ahorradores defraudados por las cajas de ahorro en muchas partes del país.
8. La promoción del desarrollo rural. En octubre de 1996 se efectuó un Foro sobre el Papel de las Organizaciones Civiles en la Promoción del Desarrollo Rural en México, en Tepic Nayarit, con la participación de 28 OSC. Se dijo que crearían una gran red de organizaciones civiles para apoyar al campo, basados en la experiencia de estados como Chiapas y Oaxaca en donde a la fecha existían más de 2 mil OSC. Representantes de diversas organizaciones, entre las que se incluían a Estudios Rurales y Asesoría (ERA) de Oaxaca, la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC), sección Chiapas, el Colegio de la Frontera Sur, el Grupo Sierra Gorda de Querétaro, Cencos y otros, dijeron que las OSC han proliferado en el país ‘“porque el pueblo ya no quiere callar y obedecer”’. Dijeron que el punto prioritario era apoyar a los indígenas nayaritas afectados por el uso de agroquímicos; en esa entidad, como en muchas otras, se utilizan herbicidas, pesticidas y otros químicos sin cuidado, y el resultado es que cientos de huicholes y coras se enferman, agravan y mueren sin que haya proyecto alguno para atenderlos. Señalaron que buscarían asesoría en Cuba para sustituir esos químicos. (La Jornada. 24 de octubre de 1996).

La organización de la sociedad civil obligó al régimen político a formar distintos organismos públicos, entre los que tenemos los siguientes:
1. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) creada en junio de 1990 para dar alguna respuesta al asesinato de la abogada Norma Corona, ocurrido en 1989, en el cual se implicaba a un funcionario público de alto rango. El gobierno de Carlos Salinas de Gortari quiso dar una imagen favorable a sus críticos en Estados Unidos, quienes veían con desconfianza que su gobierno firmara un Tratado de Libre Comercio con México.
2. La Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (Semarnap) fue creada para dar respuesta a las demandas de distintas organizaciones sociales: una de ellas es la exigencia de las OSC del mundo que desde los años setenta vienen exigiendo la protección del medio ambiente y del entorno ecológico; también fue una respuesta a la toma de conciencia de ciudadanos de importantes núcleos urbanos, tales como: la Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara; a la lucha de los ecologistas contra la instalación de la planta nuclear de Laguna Verde en el norte de Veracruz; a las reiteradas quejas por la polución en el valle de México; a las demandas externas que lanzaron un embargo atunero contra México; y sobre todo, por el papel que el desarrollo sustentable ha cobrado en el mundo a partir de la Cumbre de Río de Janeiro. La Semarnap absorbió muchas de las funciones de su antecesor: la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (Sedue) e incorporó nuevas. Se creó el Instituto Nacional de Ecología. La Semrnap buscó la interlocución con las OSC.
3. El Instituto Federal Electoral (IFE) se integró por la demanda de la sociedad civil y política para ciudadanizar la organización de los procesos electorales. La reforma electoral de 1994 permitió la incorporación de seis consejeros ciudadanos al IFE. La nueva reforma ha permitido ciudadanizar a ese organismo y, según algunos, habría creado el cuarto poder: el poder electoral independiente. Por errores propios el IFE ha perdido el crédito público y ya sólo una minoría cree que pueda cumplir el mandato Constitucional de que: “En el ejercicio de esa función estatal, la certeza, legalidad independencia, imparcialidad y objetividad serán principios rectores.”
4. Programa Nacional de la Mujer. En el Plan Nacional de Desarrollo del gobierno que regenteó Ernesto Zedillo se creó un apartado específico para establecer un Consejo Consultivo del programa Nacional de la Mujer, integrado por varios representantes de institutos políticos y OSC. El 21 de abril de 1996 se publicó el decreto en el Diario Oficial de la Federación, que creó el Programa Nacional de la Mujer 1995-2000, cuyo radio de acción abarcó prácticamente a todas las dependencias federales. Dulce María Sauri fue nombrada Coordinadora General.


Contradicciones
En el porfiriato se hablaba de la beneficencia privada, allí encontraron acomodo organizaciones privadas, de inspiración religiosa, basadas en la caridad cristiana: a) de carácter filantrópico (servir a otros); b) de compromiso individual (ayudar a un discapacitado, un enfermo, alguien que necesite asistencia médica o alguna atención especial). Así, existe una asistencia social privada, y una asistencia pública de menor alcance para lo cual se concibió el concepto: Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, en 1977.
Hoy se habla menos de la asistencia social, se arguye que integrando la familia se evita la violencia intrafamiliar, el abandono y el desamparo de los miembros más vulnerables de ella. Por eso se propusieron instrumentos y acciones para prevenir la desintegración familiar y evitar que los individuos lleguen a necesitar los servicios de asistencia social.
Al mismo tiempo el gobierno empezó a hablar de que la seguridad social expresada en el IMSS, en el ISSSTE y en los sistemas de cobertura estatal y universitarios, habían llegado a su límite. Por un lado se dice que 50 millones de mexicanos tienen acceso o derecho a la seguridad social y, por otro, la asistencia social atiende problemas que en los años setenta u ochenta no parecían frecuentes: violencia en la familia y maltrato y/o abandono de personas vulnerables.
Estos fenómenos multiplicados por la falta de empleos, bajos salarios, deterioro de los servicios públicos, y otros de factura semejante, agrupados bajo distintas categorizaciones de pobreza, se atribuyen a la crisis económica, figura fantasmal que no admite responsabilidades individualizables. Lo cierto es que para enfrentar esa situación las familias recurren a crear nuevos esquemas de sobrevivencia: la madre y otros miembros de la familia se incorporan a realizar algún trabajo; alguno, o algunos, de los miembros de la familia emigran a Estados Unidos y, en menor medida, a Canadá, para enviar dinero a la familia; los hijos retrasan el tiempo para dejar el nido familiar; y, en fin, se da un fenómeno contradictorio: a la vez que se refuerza la solidaridad familiar y social, aumenta la violencia intrafamiliar y social. Dos caras del “desarrollo con pobreza”.
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TEMPORALIDAD DE LA POLÍTICA SOCIAL


I. La caridad cristiana (siglo XVI a siglo XIX).- Fue promovida por las órdenes religiosas (especialmente dominicos y franciscanos).
Construyen infraestructura para cuidar y proteger a niños abandonados, ancianos solos, mujeres viudas, discapacitados, y menesterosos.
Construyen hospitales para amparar (dar hospitalidad) a gente sola, que no tenía a donde ir o en donde pasar la noche; algunos se convierten en verdaderos centro de adiestramiento, como es el caso del que construyó Vasco de Quiroga en Michoacán; también organizan loterías, y construye dispensarios médicos.
II. La responsabilidad pública (a partir del siglo XIX). No es casual que la responsabilidad pública, en materia social, sea asumida por el Estado sólo a raíz de la separación de las funciones que tenía entrelazadas con la iglesia católica, especialmente a raíz de que el partido Liberal arribó al poder a mediados de la década de los cincuenta de ese siglo.
A partir de entonces se conforma según algunos o se consolida según otros el Estado Nacional. Éste reivindica el espacio que le compete y reordena el espacio de las órdenes religiosas y de las iglesias. Se construye el Estado laico y la paternidad del Estado sobre la nación. El Estado precisa sus funciones: asume la tutela y el esfuerzo de proteger a otros y la tarea de prestar servicios.
Esa política se define con claridad desde la Ley de Descentralización de los bienes eclesiásticos de 1856 y la Constitución de 1857 y se profundiza en los años inmediatamente posteriores, en la medida en que el partido Conservador y la iglesia católica se oponen y propician la intervención francesa y el imperio de Maximiliano. El 12 de julio de 1859 el gobierno de Benito Juárez da una Ley de Nacionalización de los Bienes Eclesiásticos. Le siguen una Ley de matrimonio Civil del 23 de julio de 1859; una Ley Orgánica del Registro Civil, del 28 de julio del mismo año; un decreto que prohíbe al clero intervenir en los cementerios, del 31 de julio del año mencionado; otro decreto que define los días festivos y prohíbe la asistencia oficial a los actos de la iglesia, del 11 de agosto del mismo año; una Ley Sobre Libertad de Cultos, del 4 de diciembre de 1860; un decreto que seculariza los hospitales y establecimientos de beneficencia, del 2 de febrero de 1861; y un decreto por el que se declara extinguidas las comunidades religiosas, del 26 de febrero de 1863.
En virtud de esa política el gobierno de Benito Juárez da una estructura jurídica que expropia toda la infraestructura religiosa, los espacios construidos por las órdenes religiosas, los dispensarios médicos, las loterías organizadas por la iglesia católica y forma la Lotería nacional, para convertirla en el instrumento con que el Estado busca financiar la política de servicios. A la vez, va conformando la beneficencia pública, cabe decir, la facultad del gobierno de “cuidar, dirigir y mantener los hospitales y establecimientos de beneficencia que se encontraban en manos de la Iglesia, encomendó su administración a la Dirección General de Fondos de Beneficencia Pública, la que se constituyó por Decreto el 2 de marzo de 1861.”
“El Decreto de creación otorgó a esa Dirección General amplias facultades para administrar las fincas, capitales y rentas pertenecientes a los establecimientos, así como los recursos fiscales y los provenientes de particulares destinados a propósitos de Beneficencia.
En 1867 un nuevo decreto transformó aquel órgano en junta, a la que denominó Dirección de Beneficencia Pública, cuyas facultades y personalidad jurídica le permitieron administrar con amplitud el Patrimonio de la Beneficencia Pública.”
Durante el porfiriato se dan leyes y se crean departamentos administrativos; se proponen escuelas para ciegos y sordos; y se maneja la beneficencia como un asunto público y privado.
III. La revolución de 1910-1920 y la etapa postrrevolucionaria.- La llamada Revolución mexicana articuló un Proyecto de Nación que propuso a la justicia social como el eje sobre el cual debía rotar la política de reivindicación social; lo cual vino a reconocer la existencia de la injusticia social y, la existencia también, de responsables claramente identificables: esos pocos que tenían mucho. A partir del concepto de justicia social el grupo triunfador articuló una política social; asumió que el estado nacional es el principal responsable de procurarla y el único capaz de construir la infraestructura necesaria para llevar la justicia social a todos los habitantes del país; los bienes que debía crear y ofrecer eran principalmente: educación, salud, alimentación y vivienda.
El estado asumió que era legítimo porque había surgido de una revolución social, la primera del siglo XX, por lo que se proclamó representante y defensor de la sociedad agraviada (principalmente la que había ofrecido generosa su sangre: la del medio rural, mayoritaria durante la primera mitad del siglo XX), y construyó una idea de mejoramiento (progreso), movilidad y movilización social. Para conseguir su objetivo la revolución debía ofrecer empleo para todos impulsando la formación de bienes y servicios, de infraestructura (carreteras, obras de riego y electrificación, productos energéticos, etc), formar una planta productiva propia sin olvidar nunca su idea de fortalecer un sector privado próspero y cada vez más poderoso; si este sector no era capaz de ofrecer empleo para todos el Estado debía hacerlo creando empresas paraestatales o rescatando las que el sector privado llevaba a la quiebra. En ese esfuerzo apoyó al sector privado con leyes y disposiciones que lo eximían de impuestos, la subsidió con precios especiales en los bienes y servicios públicos que el estado generaba y transfirió recursos públicos a su socio de múltiples formas; protegió la ineficiencia productiva de la burguesía con leyes proteccionistas que la resguardaban de la competencia externa y asumió su incapacidad competitiva promoviendo una política de estabilización de precios. En ese esfuerzo el estado contrajo una pesada deuda pública externa que lo obligó a dejar a un lado su papel de promotor del desarrollo, y todavía tuvo que escuchar los improperios que la iniciativa privada, su eterna protegida, le lanzó a la cara cuando el sueño mexicano se vino abajo.
Como el Estado revolucionario ofrecería empleo a todos, o casi todos, también habría seguridad social para todos o casi todos; el Instituto Mexicano del Seguro Social era la expresión más clara y diáfana de la seguridad social. Si ésta no alcanzaba siempre estaría la asistencia social, de lo cual se había ocupado el gobierno de Lázaro Cárdenas desde 1936, creando la Secretaría de la asistencia Social. La asistencia social y la seguridad social eran piedras angulares para alcanzar la justicia social. Para hacerlas posible el Estado construyó la infraestructura que las circunstancias le demandaban y nunca era suficiente, generalizó la oferta de educación primaria y formó un ejército de profesores, y otro ejército de médicos y enfermeras. El Estado tenía su partido único, su historia de bronce, un concepto de nación y una sola nación, una cultura y una hora nacional, una universidad nacional, un libro de texto para todos los niños y, además, no reconocía otra raza asentada en el país que no fuera la mexicana, para los indígenas había una política que consistía en orientarlos para que dejaran de ser indios y se convirtieran en verdaderos mexicanos.
Pero la política de industrialización generó el crecimiento desordenado de las ciudades, la población se volcó del campo a la ciudad y acrecentó las obligaciones del Estado en materia de infraestructura urbana y de servicios. En la década de los setenta disminuyó el crecimiento económico, el Estado asumió un protagonismo mayor y se endeudó todavía más para mantener los índices históricos de crecimiento económico. En la segunda mitad de esa década se incrementó la inflación y el presidente López Portillo recomendó aprender a vivir con ella porque era consustancial de nuestro sistema. El déficit y el gasto público se elevó, la deuda pública se disparó y el presidente reconoció que un gobierno que devalúa ---el peso--- se devalúa. El gobierno perdió su papel protagónico y la derecha lo acusó de todos los males. Entonces cobró más fuerza la idea de reformar al Estado, que por otra parte ya se había venido reformando.
IV. La derecha se adueñó del poder, a la sombra de un régimen que insistía en llamarse revolucionario porque había surgido de un partido que así se llamaba, y prosiguió la reforma del Estado, a su modo; inició con una política de ajuste económico brutal, la economía nacional vivió una década en que prácticamente no creció, y, con ella, la seguridad y la asistencia social. La derecha se desentendió de la promesa de empleo y seguridad social para todos. Se hizo familiar las nociones de crisis y combate a la pobreza. Se manejó el discurso de municipalizar, descentralizar, acercar los servicios a los espacios locales, racionalizar el gasto; se dijo que era necesario desconcentrar y descentralizar y una reforma administrativa que permitiera hacer más con menos, y evadir la ilegitimidad y la insustentabiliadad del régimen. El gobierno de derecha buscaba la forma de desprenderse de las obligaciones que habían contraído los gobiernos que se apellidaban revolucionarios, arrojándolas a los Estados, los municipios y otros entes sociales, porque quería ajustar su déficit y el gasto público que sus teorías le cuentan son los responsables de la inflación.

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