La política es adjetivada como social, económica, pública, y otros calificativos más; pero en esencia expresa las ideas, posiciones, decisiones y prácticas de individuos y grupos con intereses de clase concretos.

  • Historia de la Universidad de Sonora (1938-1953). Autor: Miguel Castellanos Moreno.

    Primera edición en el mes de febrero de 1991. En el libro: "La educación en México en mil libros" de Alfredo Mendoza Cornejo, editado por la Universidad de Guadalajara, se comenta de él lo siguiente: "Historia analítica que se aboca a la comprensión de la lucha entre diversas corrientes ideológicas y de poder por crear la Universidad y, posteriormente, por sentar su hegemonía, a fin de hacer de la institución una plataforma política, mediante el vínculo del quehacer universitario con la política partia."

  • Batalla de Puente de Calderón

    A medio camino entre Guadalajara y Tepatitlán de Morelos Jalisco se encuentra Puente de Calderón. Aquí se libró una batalla histórica entre el ejército Insurgente comandado por Don Miguel Hidalgo y Costilla y las tropas realistas dirigidas por el brigadier Calleja un 17 de enero de 1811. El resultado condicionó la libertad de los mexicanos hacia el futuro y costó miles de vidas de patriotas

  • CASA HISTÓRICA EN TLAQUEPAQUE JALISCO

    "Casona antigua del siglo XIX y lugar donde se firmó la adhesión al Plan de Iguala por el General Pedro Celestino Negrete para la Consumación de la Independencia el 13 de junio de 1821 acto por el cual, la Antigua Nueva Galicia, se adelantó por tres meses a la Nueva España y con esto se acabó el reinado militar y opresivo, que al derrotar a Hidalgo en la Batalla del Puente de Calderón, quedó en el poder de 1811 a 1821."

  • INTERIOR DE LA CASA DE VILLA EN SAYULA JALISCO

    En esta agradable casa y con un clima envidiable vivió Villa con parte de su escolta de Dorados

  • AVES EN LA LAGUNA DE SAYULA JALISCO

    La Laguna de Sayula es un humedal que da refugio a una gran variedad de aves migratorias y nativas.

  • CASA DE PANCHO VILLA EN SAYULA JALISCO

    En esta casa habitó Pancho Villa cuando perseguía al huidizo gobernador de Jalisco, Manuel M. Diéguez

  • HOSPITAL EN QUE SE ATENDIÓ AL GENERAL LÁZARO CÁRDENAS

    En esta casa de Teocuitatlán de Corona Jalisco funcionó un hospital en donde se atendió al general Lázaro Cárdenas en 1923. Cárdenas resultó herido en la batalla del Tapanco que perdió contra las fuerzas del general Rafael Buelna.

  • LA TERCERA GUADALAJARA

    En la foto la iglesia de Tlacotán Jalisco. En las cercanías de este lugar se asentó la tercera Guadalajara.

  • Historia de la Universidad de Sonora (1938-1953). Autor: Miguel Castellanos Moreno.

    Primera reimpresión, julio de 2004, en los Talleres Gráficos de la Universidad de Sonora.

  • LA PRIMERA GUADALAJARA

    Guadalajara fue en sus inicios una población errante. En las inmediaciones de Nochistlán Zacatecas (que aparece en la foto) fue establecida por primera vez, el 5 de enero de 1532.

  • EL HOMBRE DE LOS PINOS EN ESPAÑA

    El español Antonio Solá autor de la campaña negra contra Andrés Manuel López Obrador, durante las elecciones presidenciales de 2006, llevó la batuta en Madrid de la difusión del Plan Nacional de Infraestructura 2007-2012, para atraer inversiones de ese país, y planteó la casi segura privatización energética en México. Tomado de La Jornada, 30 de mayo de 2008. 1532.

Neoliberalismo y globalización




El derrumbe de la bipolaridad ocurrida en los años ochenta no sólo produjo el triunfo de nuevas hegemonías sino también de nuevas categorías del pensamiento, algunas de las cuales tienen por novedad únicamente el replanteamiento.
Ese discurso considera erróneo no advertir la presencia de una nueva conceptuación impuesta por la realidad de los cambios ocurridos en la década de los ochenta y noventa del siglo XX.
Las categorías con que tratan de significar la realidad actual evidencian:
a) el debilitamiento de los planteamientos de la soberanía nacional ante el discurso filosófico de la globalidad;
b) el oscurecimiento de los derechos de los pueblos ante el de los individuos;
c) la suplantación del concepto de justicia social ante el antiguo y abstracto concepto de justicia;
d) la suposición de que terminaron las luchas de liberación nacional en favor de la inserción o la integración en la órbita de las potencias hegemónicas;
e) de nueva cuenta se habla del enterramiento de la lucha de clases o lucha social ante la solidaridad humanitaria o de corte empresarial.
f) Se habla del fin de las ideologías en favor de la lucha ecológica para salvar el planeta. Este sería el tema capaz de organizar el nuevo orden mundial. (1)
El afianzamiento del poder monopolista mundial debilitó seriamente la soberanía de los Estados nacionales y, con ello, a las corrientes nacionalistas, antiimperialistas y marxista-leninistas. Todo esto obligó a estas posiciones a replantarse la realidad y construir o reconstruir sus posiciones teóricas. El debilitamiento de la ideología en que se sustentaban llevó a varios individuos a buscar refugio en la trinchera del neoliberalismo, la trinchera contraria que antes combatieron. La crisis capitalista mundial actual y el ascenso del nacionalismo y la lucha social, puede traer a algunos de ellos de regreso de nueva cuenta.
En nombre de los derechos del individuo, de la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, la promoción de la democracia, el "libre" mercado, la protección del medio ambiente, o de la lucha contra el intervencionismo de los pequeños en los pequeños países, se ha esgrimido el derecho de las potencias dominantes para justificar su propio intervencionismo (casos de Irak, Libia, Yugoeslavia, Afganistán, Colombia, la llamada "Triple Frontera" (Brasil, Argentina y Paraguay), la amenaza angloamericana a la inmensa y rica región del Río Amazonas en Brasil, o de la propuesta angloamericana para crear una fuerza interamericana de intervención que supuestamente proteja la democracia en América Latina). Este aspecto recuerda el celebre Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), de los años cuarenta, o los peores momentos de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Otros conceptos claves para la convivencia entre las naciones del mundo también se debilitaron, incluso aquellos reconocidos por la Carta de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), como es el caso de los principios de no intervención y de libre autodeterminación de los pueblos, debido al abuso que algunos gobiernos hicieron de ellos. Los poderes hegemónicos hablan de soberanía limitada, especialmente cuando se refieren a los derechos humanos, la democracia, el terrorismo y el narcotráfico, lo cual implica la redefinición del concepto de soberanía.
La limitación de la soberanía no se reduce a los países subalternos sino también a los dominantes. Las grandes corporaciones han limitado la soberanía de los Estados, azuzando a organismos e instituciones como la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la Unión Europea (UE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos a tomar decisiones transgubernamentales. El hegemonismo impuso en los hechos la modificación de aspectos sustanciales de la Teoría del Estado, con efectos adversos sobre los países del "Tercer Mundo". (2)
Aunque el discurso de la globalización tiene bases epistémicas se está usando para reconvertir la dependencia, y para ocultar los efectos políticos y sociales de las medidas adoptadas por las élites neoliberales de los países subdesarrollados. La reconversión de la dependencia es en gran medida la recolonización de los antiguos países dependientes, porque la globalización involucra aspectos nuevos y viejos. (3)
La ideología que conduce el proceso globalizador ha sido denominada como neoliberalismo, algunos de sus principios fundamentales son los siguientes: a) el mercado debe regular los salarios, b) deben desaparecer los intermediarios entre el capital y el trabajo (los sindicatos), c) los trabajadores deben financiar totalmente la seguridad social, d) se debe suprimir la regulación cambiaria, e) no se puede calificar como mala a la competencia deshonesta, f) las comercializadoras de exportaciones deben suplir a los exportadores-productores tradicionales, g) se deben bajar los impuestos a las empresas y aumentarlos al consumo, h) el Estado debe privatizar sus empresas y dejar que el mercado regule la economía sin intervención del Estado, i) la protección al ambiente no es más que una responsabilidad moral de los empresarios y, j) los pobres son los causantes del ahorro insuficiente, entre otros muchos principios de ese estilo. Se trata pues de una ideología de dominación mundial. (4)

La globalización

El concepto globalización se refiere a una serie de tendencias recientes en el capitalismo mundial, aunque sus etapas anteriores pueden rastrearse mucho atrás en la historia. Las tendencias serían las siguientes:
1. Con el vocablo se refieren a la llamada tercera revolución tecnológica e industrial en los campos de la electrónica, la informática, la automatización, el uso de los nuevos materiales, y la biotecnología, utilizados en los procesos productivos.
2. También se utiliza para referirse al esquema productivo global que integra a varios países mediante la descentralización de una serie de procesos (producción de partes, componentes y servicios).
3. Suele usarse para designar la integración acelerada de las economías nacionales a los mercados globales, proceso impulsado por la apertura comercial y la eliminación de las barreras al libre flujo del comercio y la inversión.
4. El concepto está directamente asociado a la formación de grandes bloques regionales, a saber: el de Europa, el de América del Norte y el de Asia, lidereados por Alemania, Estados Unidos y Japón, respectivamente.
5. Globalización es un concepto que da cuenta muy bien de la conformación de alianzas estratégicas entre países y empresas, partiendo del aprovechamiento de las ventajas competitivas y la complementación productiva.
6. Con él se refieren a la llamada crisis de las ideologías y de los esquemas teóricos que han explicado el capitalismo. La crisis de tales esquemas y teorías tiene mucho de batalla ideológica para clausurar determinadas visiones del mundo y de la sociedad. Es por eso que la tendencia ideológica que se proclama vencedora de la guerra fría (el neoliberalismo) se presenta como la única capaz de explicar el proceso globalizador. (5)
7. Sin embargo, la crisis económica del capitalismo mundial actual ha tirado por tierra estas pretensiones.

Código de comportamiento neoliberal

La ideología neoliberal ha postulado un conjunto de convenciones, ideas y conductas deseables, identificado por ellos como código ético. Como la ética no puede ser codificada nos resistimos a llamarlo de esa manera, por lo que simplemente diremos que se trata del deber ser neoliberal. Esas normas son las siguientes:
1. El gobierno debe promover el cambio estructural (Formular las leyes, las políticas y tomar las decisiones que permitan transferir los bienes públicos y sociales al sector privado). En esa tarea no es suficiente la acción de las empresas ni el código de comportamiento que promueven, la acción del gobierno es esencial en la promoción de los intereses privados.
2. El gobierno debe reformar la administración pública, reducir la burocracia y aumentar el sueldo de los altos mandos.
3. El gobierno debe vigilar estrictamente las actividades de la burocracia.
4. La privatización de las empresas y los servicios públicos permite reducir la burocracia. México podría reducir la burocracia en un 60 % si privatiza sus servicios públicos ha recomendado Stephen B. Young Director de Caux Round Table, firma internacional promotora de la ética empresarial en las corporaciones.
5. Según los teóricos del neoliberalismo por razones ideológicas y conceptos equivocados de justicia social, la mayoría de la gente desconfía de los hombres de negocios y prefiere a los burócratas, aunque la corrupción y los sobornos encarezcan los servicios públicos.
6. Esos mismos teóricos aseguran que los empresarios aportan al gobierno pragmatismo, competitividad y eficiencia, pero los empresarios pueden frustrarse al descubrir que los resultados en la administración pública no son tan positivos como en la empresa.
7. Como la norma es privatizar las empresas públicas, porque según las teorías de corte empresarial los empresarios son más eficientes, el gobierno debe buscar a los mejores socios para desincorporar (privatizar) empresas públicas, desrregular (eliminar las leyes que protegen a los bienes nacionales, públicos y sociales), y dar reglas claras que eliminen trabas burocráticas y cotos discrecionales.
8. Según los neoliberales los mexicanos nos especializamos en trámites, razón por la cual el gobierno debe simplificar la administración pública y eliminar el burocratismo.

1. MEMORIA. Número 40. Marzo de 1992. Artículo: "La crisis del Estado y la democracia en el sur" de Pablo González Casanova. p. 33.
2. Op. Cit. p. 34.
3. Op. Cit. pp. 34-35.
4. La Jornada. 26 de septiembre de 1999.
5. El Financiero. Informe Especial. 12 de marzo de 1995.




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Pueblo de Jalisco desaparecerá por construcción de presa para dar agua a León Guanajuato


En este hermoso lugar existe un pequeño poblado en peligro de desaparecer por la construcción de una presa que ya ha empezado a ser conocida como El Zapotillo.Temacapulín (Temaca, para sus habitantes) pertenece al Municipio Cañadas de Obregón distante poco más de cinco kilómetros en línea recta. Está ubicado a 21° 9’ 0” Norte y 102° 43’ 0” Sur, según un dato local; y según el Google Earth a 21 ° 11’ 01” Norte y 102° 42’ 02” Sur. Se ubica a 41 kilómetro y medio al norte, también en línea recta, de la ciudad de Tepatitlán de Morelos Jalisco. Se sitúa a la orilla del Río Verde que viene de Los Altos de Jalisco y se junta con el Río Santiago en la Barranca de Oblatos al norte de Guadalajara. Se encuentra a una altura de 1680 metros sobre el nivel del mar y posee 343 habitantes y, de acuerdo a un joven que cuidaba un establo, hay otros tres mil fuera del poblado.



Posee esta hermosa iglesia construida hace 250 años, elevada al rango de Basílica hace 50 años, y de Parroquia hace 35. En una página web del Prebítero del pueblo se acusa a los gobiernos federal y estatal, a la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) y a la Comisión Estatal del Agua (CEA) de haberlos tricionado, y denuncian a los traidores en Jalisco y muy cerca, de haber propuesto levantar 25 metros más la cortina de la presa de El Zapotillo, con lo cual el agua los habrá de alcanzar irremediablemente.



Esta lápida del año 1905 en un antiguo panteón, en una colina del pueblo, da cuenta de la antiguedad de Temacapilín, el cual es varias veces centenario y desaparecerá para dar agua a León Guanajuato.



El proyecto de la presa El Zapotillo fue iniciado en el gobierno del Presidente Vicente Fox, quién fue impulsado políticamente por los empresarios de León, y de esa manera les retribuye el adeudo. En Jalisco el proyecto fue empujado por el gobernador panista Francisco Ramírez Acuña, y si tomamos en cuenta que el actual Gobernador del Estado de Jalisco, Emilio González Márquez y el Presidente de la República son panistas, los habitantes de Temaca no tienen para donde hacerse. Han hecho plantones frente al Congreso local, realizado encuentros con ecologistas de otras partes del país y de centroamérica e, incluso, estuvo allí Andrés Manuel lópez Obrador quién les prometió su apoyo decidido, pero la maquinación para desaparecer este precioso pueblo sigue en marcha. Sus habitantes están furiosos y valoran a los gobiernos panistas igual de corruptos e insensibles que los priístas, pero se defienden como pueden: los carteles y leyendas en las casas anuncian que tienen hijos y no abandonarán el pueblo a pesar del peligro. Entre las bellezas que desaparecerán para siempre para dar paso al enriquecimiento de unos cuántos está la hermosa cascada que se lanza al vacío una y otra vez durante varios meses del año. A un lado de ella está un balnerio muy visitado que también será cubierto por las aguas del Río Verde.

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El nacionalismo revolucionario



Entre las instituciones creadas por el Estado revolucionario la Secretaría de Educación Pública ocupa un lugar especial; fundada el 25 de junio de 1921 durante el gobierno de Álvaro Obregón fue alentada por José Vasconcelos. El proyecto educativo surgido de la revolución iluminó el nacionalismo y la cultura. Vasconcelos concibió un proyecto educativo y cultural nacionalista anclado en la historia milenaria de los pueblos originarios, tarea en la que contó con el apoyo político y financiero del Estado.
Vasconcelos concibió que el magisterio se habría de comportar como los misioneros de la época colonial, debían predicar el evangelio de la enseñanza entre el pueblo y emprender una santa cruzada contra la ignorancia, para regenerar a la nación; los educadores y los artistas debían trabajar sin adular al poder. En esa tarea las mujeres jugaron un papel esencial, de entonces data la figura femenina como símbolo del magisterio. Se instrumentaron cursos de invierno para los profesores, y Misiones Culturales para promover la enseñanza del civismo y el patriotismo entre la población indígena y rural del país.
Para Vasconcelos la educación y la cultura eran indisolubles. A la gran obra educativa y cultural no solo incorporó a los profesores, también incluyó a pintores, músicos, licenciados, arquitectos y antropólogos. La idea era formar ciudadanos con una ideología colectiva inflamada de un espíritu patriótico y nacionalista. La escuela, las artes y los libros eran un instrumento de regeneración nacional. Para ello propuso crear un espacio cultural en el que cupieran todos los habitantes del país. Las artes populares fueron revaloradas como representación del alma popular y de la identidad nacional. Se impulsa una política cultural de Estado, creando instituciones públicas que fueron absorbiendo las tareas educativas y culturales que en el pasado estaban reservadas para los ciudadanos. Esta es una de las bases que sustenta el nacionalismo en las siguientes décadas. En tanto, los artistas y creadores ya no son atraídos por el esplendor europeo y se quedan en el país. Después de 1917 el faro que alumbra la cultura en México ya no se ubica en Europa, sino en lo más profundo del legado mexicano rescatado paso a paso por el Estado, y se vincula a la política de integración nacional. Las paredes de los edificios públicos son iluminados por los muralistas con temas que rescatan la historia de México; por primera vez los campesinos, los obreros y los indígenas alternan con sus explotadores y las figuras políticas de nuestra historia. La revolución de 1910 1920 “es el disparador de este renacimiento cultural y nacionalista.” (1)

Con la consolidación del Estado, surgido de la Revolución que inició en 1910, la revolución misma se convirtió en una ideología que permitió justificar el derecho al ejercicio del poder político. Esta ideología se utilizó como instrumento de dominación y control político.
Con la creación del Partido Revolucionario Institucional (PRI) surgió el mito de la revolución institucionalizada, esto es la continuación de la revolución desde el poder mismo. El Partido, así con mayúscula para patentizar su carácter de institución del Estado (Partido de Estado), enajenó la voluntad popular y de las organizaciones sociales y expresó el nacimiento revolucionario de la burguesía, dicho sin el menor sentido peyorativo. Esta clase fue un caso excepcional en América Latina pues reclamó su derecho al poder en virtud de haber salido victoriosa de una revolución.
La ideología revolucionaria incorporó el legado bonapartista de una revolución continúa que desde el poder redistribuye la riqueza. Eso convirtió al Estado en mediador de los conflictos entre las clases sociales, papel que de vez en cuando asumió pero que pregonó siempre. Sobre la misma base se construyó posteriormente la ideología de un régimen político benefactor (Estado de Bienestar) que se ocupaba de los menos favorecidos socialmente.
Como el régimen político se asumió como el único interprete y ejecutor de los ideales revolucionarios la única acción política o social que podía ser calificada como tal era la suya; la acción de otros agentes sociales era calificada como reaccionaria. Tanto los grupos de izquierda como los de derecha recibieron tal denominación. Eso le dio la oportunidad al régimen en el poder de ubicarse en un imaginario centro político que lo alejaba de los extremos, los cuales por definición eran malignos y a quienes allí se situaba eran extremistas. De esa manera se descalificaba las protestas de esos grupos y de todos aquéllos que disentieran de la voluntad suprema.
No podía ser de otra manera, el Estado revolucionario era legítimo porque expresaba la voluntad de todos los sectores sociales que eran aglutinados por El Partido, término que era pronunciado de forma tal que excluía la existencia de otros partidos. La inexistencia política era la pena para quienes se atrevían a organizarse políticamente fuera de las filas oficiales. Como expresión de la voluntad general ---ya dijimos que lo que estaba fuera de El Partido no existía--- El Partido y el régimen político en que se materializaba su poder encarnaban la voluntad de la patria. Toda acción contra El Partido y su gobierno se juzgaba como una acción contra la patria. Para que no quedara ninguna duda de la identidad entre El Partido y la patria, aquél se enfundó en los colores de la bandera nacional, por lo que votar contra El Partido equivalía a votar contra la patria.
Aunque el origen del Partido de Estado data de 1929 la plena constitución ideológica como tal se conformó durante los años que van del fin del gobierno de Manuel Ávila Camacho al entronizamiento y esplendor del régimen de Miguel Alemán. Es en estos años cuando se consigue anular la voluntad de otros y se pasa a expresar la voluntad de todos y a monopolizar el ideario nacional y, con ello, del ser nacional.
Esa operación ideológica requirió otra más que permitió confundir el concepto de Estado Nacional con el de régimen político priísta, de tal forma que ante esa confusión los empleados de la burocracia estatal se identificaron a sí mismos como miembros del partido gobernante. La confusión se había generado desde 1929 cuando el gobierno impuso una contribución a los burócratas para financiar al recién constituido Partido Nacional Revolucionario.
Esos procedimientos impidieron consolidar en México a todo lo largo del siglo XX una democracia de tipo Occidental, con un sistema político representativo, realmente pluripartidista, que permitiera la alternancia en el poder.
El nacionalismo revolucionario fue una ideología de dominación político-cultural. Por eso es que su acción fue penetrante en ese plano. Nos impuso la veneración de los héroes en un panteón en el que tuvieron cabida héroes reales y ficticios, personajes que no compartían en absoluto los mismos ideales, incluso algunos que combatieron encarnizadamente entre sí. Todos fueron igualados ante nuestros ojos obstaculizando la comprensión de la historia patria.
Se nos impuso una visión de la historia que luego fue calificada como historia de bronce, debido a que los héroes se convirtieron en estatuas, dignos de ser admirados por irreales y carentes de defectos. Los personajes de la historia se convirtieron en mitos, demasiado perfectos para ser simplemente seres humanos. En esa lógica la nomenclatura de calles, plazas, centros cívicos, recintos oficiales y unidades deportivas de todas las ciudades y pueblos del país se llenaron con los mismos nombres de los prohombres.
La historia local con sus personajes, hechos, ambiente y cultura regional significativos sólo tuvo cabida en la medida en que se ajustaba a la historia nacional, propiamente a la historia de bronce.
Con ese arsenal ideológico-cultural el Estado se encargó de educar a niños y adultos. Entendió por educación cívica la formación en los valores escogidos por el régimen político y convenientes a él. Impuso la obediencia como espíritu cívico y anuló la capacidad de comprender de varias generaciones. Se trató de una ideología absolutista, autoritaria y opresiva que todavía hoy forma parte de la cosmovisión de los mexicanos.
El mérito de la ideología revolucionaria es que fue compartida por la mayor parte de la sociedad, con las excepciones que tenía que haber, pero que no ponían en duda la hegemonía de los dueños del poder.
Tras el colapso económico de 1982 y el terremoto político de 1988 los presupuestos ideológicos del régimen se cimbraron desde los cimientos. Ese año arribó a la presidencia de la república un personaje carente de legitimidad política, quien sin reparar en la impopularidad que el asalto al poder le había generado, o quizás por eso mismo, modificó el proyecto que el nacionalismo revolucionario había consensado-impuesto como nacional.
El grupo de Carlos Salinas adoptó una nueva ideología que no fue consensada con los otros sectores del régimen político, desarticuló el sistema de equilibrios y compensaciones construido a lo largo de los años y esperó pacientemente que la bonanza económica que generaría el neoliberalismo llegara. El espejismo duró poco y el resquebrajamiento del viejo régimen se volvió a sentir con mayor fuerza que seis años atrás. Tras otro sexenio errático se presentó el desenlace definitivo que ya es conocido.
Lo significativo no es sólo que el PRI haya perdido el poder, sino que no se ha construido un nuevo proyecto político-cultural que sea compartido por la mayoría de los mexicanos. Es así que el espacio que ocupó el nacionalismo revolucionario está vacío. Las promesas de democracia electoral y alternancia política no son suficientes para resolver las demandas de millones de personas que sintieron al nacionalismo revolucionario como un proyecto más cercano a sus necesidades materiales y a su ubicación en la vida.
Ante la ausencia de un proyecto que resuelva los problemas fundamentales del pueblo de México es posible que los usufructuarios del proyecto fenecido revivan algunas de sus añejas promesas. Ese es el vacío que pretenden llenar los herederos ideológicos del tipo del ex presidente de México Luis Echeverría Álvarez, quien ha dicho que "`No se va morir la Revolución Mexicana porque algunos hayan dejado de mencionarla;'" Y la vinculó con la soberanía nacional, la salud, la educación y el empleo igualitario para todos los mexicanos, "`sin concesión de ningún tipo'". Como si durante su gobierno hubiera observado una conducta política igualitaria y no hubiera hecho grandes concesiones al gran capital financiero; basta recordar la aprobación de una legislación favorable a la creación de la llamada banca múltiple. Otro alegato semejante expuso hace unos cuantos años el ex presidente José López Portillo al autodesignarse como el último presidente de la Revolución Mexicana, siendo que los historiadores la habían enterrado más de tres décadas antes del inicio de su régimen.
Para David Brading el nacionalismo mexicano está en crisis y sus temas se gastaron, aunque confiesa no estar interiorizado de lo que pasa hoy en México considera que con la globalización de la economía cualquier nacionalismo entra en crisis. (2) Sería conveniente limitar el alcance de su afirmación, pudiera ser cierto si se refiere al nacionalismo revolucionario, pero no tanto para el nacionalismo mexicano.
Un estudio realizado en el año 2000 parece ir en un sentido distinto. La globalización y los flujos supranacionales propiciados por ella en los ámbitos de la sociedad, la economía y la cultura, no están inhibiendo los procesos nacionalistas, más bien los están reflejando de manera superlativa. La hipótesis podría tener sustento, pues hoy en día los países más grandes de América Latina han elegido gobernantes nacionalistas. La Encuesta Mundial De Valores (EMV), realizada en México por el Grupo Reforma, encontró que el 79 por ciento de la población mexicana se siente orgullosa de su nacionalidad, mientras que en 1990 era apenas el 55 por ciento. Otro dato digno de consideración es que la pertenencia a distintos segmentos sociales no se traduce en manifestaciones nacionalistas distantes, considerando el nivel de estudio tenemos lo siguiente: quienes tienen estudios superiores representan el 81 por ciento, y los que poseen el índice más reducido de escolaridad constituyen el 74 por ciento, entre ambos segmentos se encuentran tanto los que carecen de escolaridad como los que estudiaron nivel básico y medio. Lo mismo ocurre si se toma en consideración otros indicadores, tales como el género, la edad y la región. Por género los hombres son apenas un poco más nacionalistas que las mujeres, 80 y 78 por ciento respectivamente. Por edad la población menos nacionalista se ubica entre 20 y 29 años, en tanto que la población mayor a 70 años tiene los índices más altos: el 86 por ciento. Por regiones: la zona sur posee el índice más elevado, el 81 por ciento, la zona norte el 80 por ciento, y la zona centro-occidente el 79 por ciento. (3)
Otro estudio del Grupo Reforma efectuado en el mes de agosto del año 2000, apenas poco después de la elección presidencial, revelaba lo siguiente: el 66 por ciento de los mexicanos creían que el sistema político mexicano ya era democrático contra el 42 por ciento de dos meses antes y el 38 por ciento del año 1999. El artículo del Grupo Reforma aventuró una conjetura: se estaba viviendo una transferencia de los valores nacionalistas hacia los valores democráticos. De ser cierta esa suposición, la elección presidencial del año 2006 habría roto esa transferencia de valores, pues más del 40 por ciento de la población mexicana está convencida de que hubo un fraude electoral en la elección presidencial. En diciembre de 2007 el 60 por ciento de los mexicanos pensaban que si las elecciones fueran en ese momento serían algo sucias, muy sucias o fraudulentas, mientras que en julio de 2006 era el 33 por ciento. (4)
El intento por ceder el petróleo al capital monopolista mundial no es reciente, paso a paso el gobierno mexicano ha ido avanzando en ese rumbo. En el mes de marzo de 1996 decía Luis González Souza que la globalización estaba convirtiendo al nacionalismo en palabras superfluas cargadas de retórica; la llamada modernización estaba profundizando el atraso y la desnacionalización. En ese momento el gobierno de Ernesto Zedillo estaba cediendo la petroquímica en un proceso calificado por nuestro autor como un acto irracional del moderno desnacionalismo mexicano: “Siendo más globalizador que las potencias globalizadoras; tragándose por completo el anzuelo neoliberal, el bloque gobernante en México se apresta a culminar la privatización/extranjerización de la mismísima industria petrolera.” Valora el nacionalismo mexicano como la última tabla de salvación para seguir existiendo como comunidad con identidad propia, identidad afianzada en los lazos culturales. Considera la nacionalización de la industria petrolera, decretada el 18 de marzo de 1938, como “parte de las mejores tradiciones culturales de México”, y valora las capacidades adquiridas en el manejo de la industria petrolera como “ingredientes clave del nuevo nacionalismo requerido”. Por razones de seguridad nacional, de orden cultural y como palanca de desarrollo es indispensable conservar la industria petrolera bajo el control de un Estado dirigido por hombres honestos, eficientes y con espíritu democrático. (5)
En otro artículo aparecido en el mismo diario, el mismo día, Emilio Zebadúa menciona una encuesta efectuada por el periódico Reforma, en la cual el 70 por ciento de los mexicanos considera a Pemex como una empresa estratégica para la soberanía nacional. Esos datos fueron refrendados por varias manifestaciones de protesta contra el intento de privatizar la petroquímica, ocurridas el 18 de marzo, aniversario de la expropiación petrolera, en varias ciudades petroleras del país, entre las cuales cabe mencionar a Coatzacoalcos, Poza Rica, Minatitlán, Ciudad Madero, Tampico y Salamanca. La jugarreta del gobierno consistió en reclasificar los productos petroquímicos, catalogando como productos secundarios los que en realidad son primarios, para deshacerse de los productos petroquímicos primarios. En esos días el gobierno de Ernesto Zedillo había comprometido las exportaciones petroleras de México con Estados Unidos, como garantía del rescate financiero. La venta de la petroquímica no tenía el objetivo de “fortalecer a Pemex”, como declaró ese gobernante, sino atraer recursos económicos a un régimen político urgido de billetes verdes. Zebadúa también evalúa a la industria petroquímica como “el último bastión de la soberanía”. Por su parte, Andrés Manuel López Obrador propuso en Villahermosa Tabasco, ese mes de marzo de 1996, la idea de “unir esfuerzos para proteger la soberanía nacional con base en aportaciones pequeñas e individuales, en especie o en dinero. Una acción así demostraría por sí sola que el nacionalismo es un sentimiento histórico que le pertenece a la sociedad y no al gobierno.” Ese esfuerzo y esas aportaciones estarían dirigidas a preservar la propiedad de la petroquímica para la Nación. (6)

Referencias:
1.La Jornada, 4 de agosto de 2004. Artículo de Enrique Florescano: “El Nacionalismo Cultural 1920 1934”.
2.La Jornada de en medio. 26 de agosto del 2000. Sección: Cultura.
3.MURAL. 15 de septiembre del 2000. P. 12 A
4.Sergio Aguayo, programa Primer Plano, del 14 de enero de 2008.
5.La Jornada, 21 de marzo de 1996. Luis González Souza: “Petróleo y nuevo nacionalismo”.
6.La Jornada, 21 de marzo de 1996. Emilio Zebadúa: “Petróleo y Nación”.
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LA CORPORATIVIZACIÓN DE LA SOCIEDAD Y LA POLÍTICA



Los ideologos de la revolución francesa del siglo XVIII pusieron en primer plano el rechazo a una sociedad basada en órdenes y en cuerpos, y denunciaron los corporativismos porque, argumentaron, obedecían a intereses particulares. Ello implicó la supresión de las cofradías y las corporaciones particulares y religiosas a las que se consideró opuestas al interés general. Aunque se consideró que un Estado bien organizado era aquel en donde podían existir asociaciones libres de individuos reunidos conforme a la ley, sin reconocer ningún otro tipo de corporación, que no fuera la corporación general de los ciudadanos (la nación). Entre la nación (lo general) y los individuos (lo singular) no debía haber intermediarios.
No quisieron reconocer otra forma de propiedad que no fuera la propiedad privada y la propiedad pública; por eso derogaron todas las corporaciones y nacionalizaron o privatizaron todos los bienes de manos muertas. El poder público implicó mecánicamente la existencia de la propiedad de cuerpo, la del Estado, pues únicamente el Estado era capaz de expresar la voluntad realmente general. Tanto los bienes de manos muertas como las corporaciones fueron considerados perjudiciales. La crítica de los cuerpos intermedios conduce a la exaltación del “gran todo” (la esfera pública) y a la extensión del ámbito de lo privado.
Los ideólogos llamaron a apoderarse de la imaginación y los sentimientos de los hombres para gobernarlos, se propusieron ganarse la mente y el corazón de los individuos mediante la realización de fiestas nacionales que debían recordar la gran gesta revolucionaria y mantener la fraternidad entre los ciudadanos.
Aunque proclamaron su lucha como liberadora negaron el derecho al voto a las mujeres, porque decían que el hombre y la mujer formaban una sola persona en la vida de pareja.
Vieron con preocupación el surgimiento de clubes y sociedades populares (instituciones que todavía no eran partidos políticos) a los cuales reglamentaron estrictamente por considerarlos: primero, cuerpos intermedios que eran una amenaza y, segundo, porque desvirtuaban la relación entre la generalidad (poseedora de la cualidad democrática) y el individuo. Pero finalmente los clubes y las sociedades populares fueron tolerados, a condición de contribuir a impulsar la deliberación y a organizar los procedimientos electorales.
Surgió también la discusión entre la democracia directa y la democracia representativa.
Tres cuartos de siglo después esa discusión se aclimató en México. Los liberales basaron su política en la idea de la propiedad privada como un derecho inalienable del hombre. Por esa razón decretaron ilegal otras formas de propiedad y asociación pública a las que genéricamente denominaron corporaciones. Esas medidas incidieron directamente en el estallido de la Revolución de 1910-1920.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, aprobada en 1917, restableció la vigencia legal de las formas de propiedad y asociación colectivas, tales como: los ejidos, las cooperativas, los sindicatos, y otros tipos de gremios, a la vez que reconoció el derecho de los patrones a agruparse también.
Las formas de propiedad y asociación conocidas como corporaciones están enraizadas en la historia de México y, lógicamente, han tenido gran importancia en la vida pública del país a lo largo del siglo XIX y lo que corre del actual.
La formación de un nuevo tipo de corporaciones dio lugar a que los derechos individuales y sociales, establecidos en la Constitución, sólo se pudieran alcanzar a través de la mediación de este tipo de organismos. Este aspecto tiene la mayor importancia para entender el desarrollo de la vida pública en México.
La forma de organización corporativa ha dado lugar a un fenómeno conocido comúnmente con el nombre de corporativismo. El corporativismo es un sistema de representación de intereses que permite vincular los intereses de las organizaciones de la sociedad civil con las estructuras de decisiones del Estado.

Por razones históricas y sistémicas el corporativismo mexicano no es ajeno al corporativismo de otros países con los que comparte rasgos semejantes. Mencionemos algunos de esos rasgos y las peculiaridades que presentan en México:
I. Las organizaciones de interés están fuertemente coptadas por la estructura que toma decisiones en el gobierno, mediante la participación de aquellas organizaciones en comités asesores, procedimientos de revisión y consulta, organismos de apoyo, dictamen y control, etcétera.
La adopción en México de la ideología neoliberal como orientación de la política económica redujo el papel de las corporaciones vinculadas con el trabajo, pero incrementó el papel de aquéllas ligadas al capital. Así vemos hoy a grandes corporaciones privadas efectuando obra pública en Petróleos Mexicanos, la Comisión Federal de Electricidad y la construcción de vías de comunicación, mediante procedimientos anticonstitucionales conocidos como Contratos de Servicios Múltiples, o bien, sabemos de la existencia de corporaciones privadas efectuando funciones aduanales, mediante mecanismos que también violan nuestra Constitución Política.
II. Las grandes organizaciones de interés están fuertemente vinculadas con los partidos políticos y toman parte en la formación de políticas.
Históricamente los sindicatos han estado fuertemente vinculados con el Partido de Estado en México, y ahora con el partido en el Estado, y si bien hoy ese vínculo se ha debilitado, en cambio se ha fortalecido el vínculo de los organismos de interés privado con el Estado. El cambio más importante relacionado con la administración panista es que ahora las organizaciones de interés privado han coptado las estructuras que toman las decisiones en el gobierno, ahora son gobierno; el corporativismo privado se ha adueñado del Estado.
Por otro lado, se ha debilitado el vínculo entre sindicatos y partidos políticos, sólo algunas dirigencias sindicales conservan fuerza en el Partido Revolucionario Institucional, por ejemplo: la burocracia que controla el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) sigue incrustada en el PRI manteniendo una relación que se mueve de la tensión extrema a una distensión cargada de incertidumbre con la dirigencia de ese partido; los vínculos delictivos entre la burocracia sindical petrolera y distintas candidaturas de ese partido político se mantienen; tanto el SNTE como el sindicato petrolero siguen operando con frecuencia fuera de la ley y eventualmente llegando a acuerdos con el gobierno del presidente panista en turno, por lo que el corporativismo sindical reformado perdura.
El corporativismo sindical en la industria eléctrica sigue distintas estrategias de reacomodo ante la amenaza de destrucción vía la privatización de ese sector: el SUTERM se mantiene pasivo con acercamientos constantes al Poder Ejecutivo, en tanto que el sindicato de la empresa Luz y Fuerza del Centro ha pasado a un activismo que busca coordinar acciones con la sociedad civil y otros agrupamientos que defienden la soberanía nacional.
El corporativismo "campesino" se ha enfrentado en batallas verbales con la dirigencia priísta, pero demuestran poca eficacia fuera de las relaciones corporativas tradicionales con el Poder Ejecutivo.
El corporativismo empresarial es el más exitoso. De una época en que la relación con el partido en el poder aparecía como una relación punto menos que incestuosa, los representantes de ese sector han pasado no solo a patrocinar campañas electorales, sino a ocupar puestos de elección popular, promovidos tanto por los partidos "revolucionarios" como por el "Partido del Cambio".
III. La mayoría de las organizaciones de interés están estructuradas de manera jerárquica, y la membresía a ellas tiende a ser obligatoria.
En México las estructuras jerárquicas de esas organizaciones están intactas, pero se ha debilitado la membresía obligatoria a ellas. Hacia el año de 1998 la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) estableció que no era obligatoria la afiliación de los empresarios a las Cámaras empresariales. 
El 21 de mayo de 1996 la SCJN emitió un fallo favorable al Sindicato del Personal Académico de la Universidad de Guadalajara (SPAUdeG), precisando el alcance del Artículo 123 Constitucional relativo a la libertad de asociación, medida con la cual se descalifica legalmente la afiliación forzada de los académicos de esa Universidad al sindicato oficial.
Por su parte, la derrota presidencial priísta aflojó los mecanismos compulsivos e ilegales que compelían a los sindicatos a afiliarse a las centrales priístas.
IV. Los sindicatos y los grupos empresariales más poderosos se constituyen en monopolios del trabajo, del acceso al trabajo, y de la actividad empresarial, y eliminan o dificultan la competencia, estrategia del sistema capitalista clásico y eslogan del capitalismo monopolista contemporáneo.
La Constitución permite, desde 1917, la libre organización de trabajadores y patrones, pero es enfática en prohibir la existencia de monopolios. Con el tiempo estos han pasado por encima de la Carta Magna y los políticos a su servicio han modificado diversas disposiciones jurídicas para legalizar su presencia; sin embargo, el combate del capital contra el trabajo se ha propuesto eliminar el derecho a existir de los organismos integrados por trabajadores; las estrategias varían con la misma finalidad.
Está latente una propuesta de reforma de la Ley Federal del Trabajo recesiva. Dicha reforma ha sido publicitada como la reforma laboral que el país necesita. En su momento la reforma que las corporaciones patronales demandan fue consensada entre el PRI, el PAN, la Secretaría del Trabajo y la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX), nada más que el tiempo electoral se les vino encima y los partidos comprometidos no quisieron perder votos; lo cual no eliminó la posibilidad de llevar adelante sus fines, ahora existe una nueva propuesta de reforma laboral regresiva impulsada por el Secretario del Trabajo.
Se pretende pasar de un régimen monopolista del trabajo ---de las centrales y sindicatos priístas--- a uno totalmente abierto en donde dichos monopolios conserven sus posiciones, pero el trabajador pierda gran parte de los derechos que la Ley les concede hoy. Con esta medida no se destruyen las corporaciones dirigidas por los grupos priístas tradicionalmente corruptos, sino a los sindicatos y los derechos de los trabajadores mexicanos.
V. En las relaciones industriales-laborales hay una fuerte "concertación" entre los dirigentes sindicales y las dirigencias de las organizaciones patronales con el Gobierno e, incluso, en cierta época acostumbraron firmar los llamados pactos, lo cual implica que los sindicatos se abstienen de emplear la huelga u otras tácticas conflictivas.
La concertación entre las corporaciones del trabajo y las del capital tienden a ser directas, sin el brazo "mediador" del Poder Ejecutivo; las concertaciones continúan y todavía permiten mantener, aunque sea congeladas, tácticas "conflictivas" como la huelga. Si bien, por algún tiempo, el Ejecutivo dejó de lado la firma de pactos, el nuevo régimen revivió esa práctica, en tanto se mantiene la estructura concertadora-impositiva del Estado: las Juntas de Conciliación y Arbitraje.

Rasgos del corporativismo

1. Aunque el corporativismo vigente todavía permite prevenir los resultados, ya no goza del control de seguridad máxima: la obediencia de todos al Presidente de la República. Así pues, es un dispositivo con menor margen de prevención que antaño.
2. El corporativismo da lugar a la coptación de dirigentes de organizaciones sociales o patronales. Las corporaciones sociales ligadas al panismo no son laborales, razón por la cual no copta dirigentes de ese sector, sino que durante la vigencia de los regímenes panistas los extrajo del sector empresarial,  encargándole  la tarea a head hunters en un primer momento; el regreso del priismo al poder pretende restablecer los lazos de control sobre las dirigencias tradicionalmente ligadas a ese partido, pero alejadas temporalmente del claustro paterno.
3. La institucionalización del acceso a las corporaciones continúa en el corporativismo mexicano, y también continúa la institucionalización de las corporaciones, pues falta la reforma laboral que ni los Gobiernos de Ernesto Zedillo y Vicente Fox pudieron concretar.
4. Se mantiene la división jerárquica (instancias escalonadas de poder), vertical (el poder se expresa de arriba abajo) y sectorial (por ramas de actividad, lo cual dificulta la solidaridad entre los distintos sectores laborales) de las corporaciones; mientras tanto se promueven distintas formas de coordinación patronales, tales como el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y otras formas de coordinación modernas y novedosas.
5. Los conflictos entre grupos siguen siendo tratados de manera legal mediante organismos competentes en materia laboral y administrativa.
6. Los recursos del Estado para fines sociales se siguen asignando de manera planificada y tecnocrática, cabe hacer notar que cada vez disminuye su cuantía; no obstante, los recursos del Estado son mayores  cuando involucra los campos de interés de las corporaciones patronales.
7. Continúan existiendo las dependencias paraestatales funcionalmente especializadas, aunque persiste la decisión oficial de reformar o desaparecer algunas para que sus campos sean ocupados por las corporaciones privadas. Tenemos los casos de Diconsa, INI, la Comisión Federal de Electricidad, Petróleos Mexicanos e, incluso una Secretaría de Estado (la de la Reforma Agraria) puede seguir el mismo camino.
8. Sigue imperando el formalismo, el consenso y la negociación, que son tan propios del corporativismo, en la cultura política mexicana. Esos valores se promueven y exaltan como fines deseables, dignos de ser imitados y reconocidos. A un lado han ido quedando valores como la justicia social, la verdad y la solidaridad de clase.
9. Continúan las prácticas clientelistas ---especialmente en los procesos electorales--- y patrimonialistas en ciertas áreas y niveles del régimen.
10. El debilitamiento del presidencialismo aflojó el estrechamiento y aislamiento de los opositores, pero el sistema corporativo mantiene vigentes esas prácticas.
11. Ha disminuido la represión física y la intimidación periódica contra quienes disienten de los consensos corporativos, pero la muerte civil se sigue practicando allí donde las condiciones lo permiten.
12. Las cúpulas de las corporaciones patronales ya no están a la espera de los favores del Gobierno, están en el Gobierno, deciden en él, ya no son un cartel al servicio del Presidente, y también se sirven de él. En cambio las corporaciones que controlan el trabajo pasan por momentos inciertos, de euforia y depresión.
13. La persistencia de muchas de las características definitorias del corporativismo estatal privatizador, siguen dando persistencia y viabilidad al sistema político corporativo, incluso en el prolongado período de las reformas estructurales (cambio económico y crisis social inducida). Aunque no es claro cuál sería su utilidad en una crisis económica o política.
14. Se ha aflojado la subordinación de las entidades estatales al poder burocrático central.
15. Los procesos electorales se han transparentado, pero la competencia y la misma transparencia electoral está en relación al dinero, al acceso a los medios y a las inercias del pasado.
16. Ha desaparecido el sistema político de Partido Único, pero se ha desarrollado un bipartidismo de Estado de derecha que, incluso, podría ser peor.
17. Se siguen reclutando las autoridades ejecutivas de círculos estrechos, y la represión contra las clases subalternas y los grupos étnicos continúa.
18. El neocorporativismo vigente responde a los intereses del gran partido invisible (el Partido Neoliberal), oculto a los ojos de los votantes, pero real cuando toma las decisiones de política económica y social que nos afecta a todos. El sistema político corporativo sigue teniendo las características de un Estado capitalista subdesarrollado y autoritario.

Las corporaciones patronales en México

Legislación
1. La fracción XVI del Artículo 123 Constitucional consagró desde 1917 el derecho de los obreros y los patrones "para coaligarse en defensa de sus respectivos intereses, formando sindicatos, asociaciones profesionales, etc."
2. La fracción X del Artículo 73 Constitucional facultó al Congreso para legislar, entre otras cosas, con el fin de "expedir las leyes del trabajo reglamentarias del Artículo 123" de la propia Constitución.
3. En 1931 se promulgó la Ley Federal del Trabajo, lo que vino a dar carácter institucional, desde el punto de vista oficial, a la vida de los sindicatos de trabajadores y patrones.
4. En 1936 la Ley de Cámaras de Comercio e Industria reglamentó el funcionamiento de las cámaras comerciales e industriales, que habían venido funcionando mediante una Ley de Cámaras de Comercio que había sido expedida en 1908 durante el régimen de Porfirio Díaz.
Todas las cámaras de que hablaremos en la parte relativa a éstas se rigen por la Ley de Cámaras, excepto la COPARMEX que se rige por la Ley Federal del Trabajo.
El 2 de mayo de 1941 la Ley de Cámaras de Comercio y de las de Industria reemplazó a la Ley de Cámaras de Comercio e Industria de 1936. Estableció la separación entre las cámaras de comercio e industria las cuales se habían mantenido fusionadas. Esta ley es más estricta que la Ley Federal del Trabajo y contiene disposiciones sobre la ubicación y la jurisdicción, el carácter y los objetivos, la constitución, el funcionamiento y el registro de las cámaras de industria y de comercio, así como de las confederaciones respectivas.

Las cámaras
a) La iniciativa para que se integraran organismos empresariales como los que conocemos con el nombre de Cámaras, partió de la Secretaría de Industria y Comercio, quién convocó a la realización del Primer Congreso Nacional de Comerciantes entre el 12 de julio y el 4 de agosto de 1917.
En esa reunión se aprobaron las "Bases Generales para la Organización Colectiva del Comercio".
El 15 de octubre de 1917 se unieron 32 cámaras y el 3 de noviembre de ese mismo año se firmó el acta constitutiva de la Confederación de Cámaras de Comercio.
b) El primer Congreso Nacional de la Industria se reunió a partir del 17 de noviembre de 1917, y el 26 de diciembre de ese mismo año se estableció una comisión permanente ante la presencia del Secretario de Industria y Comercio, el ingeniero Alberto J. Pani.
El 13 de septiembre de 1918 se constituyó la Confederación de Cámaras Industriales (CONCAMIN). La principal preocupación de sus integrantes estaba relacionada con la reglamentación del Artículo 123 Constitucional.
c) En diciembre de 1941 fue fundada la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (CANACINTRA). Pero su vida fue muy inestable al principio, ya que la CONCANACO y 96 empresas industriales se ampararon contra el acuerdo de la Secretaría de la Economía que permitió su fundación. En 1943 el conflicto se resolvió a favor de CANACINTRA y a partir de entonces su existencia legal quedó garantizada. Al principio la integraban 93 empresas fundadoras y al finalizar 1944 ya eran 5,080.
Dos circunstancias confluyeron en el surgimiento de CANACINTRA: la primera fue la aceleración del crecimiento económico de la pequeña y mediana industria ocupada en la sustitución de importaciones de bienes de consumo ante la carencia provocada por la segunda guerra mundial; la segunda tuvo que ver con el interés del Estado tendiente a organizar en un frente unido a la pequeña y mediana burguesía industrial, dominada por intereses nacionales.
d) En 1929 se reunió la Asamblea General de la CONCAMIN. Los miembros de esa corporación estaban preocupados por la federalización de la legislación laboral, y en especial por el proyecto de Ley Federal del Trabajo.
Aunque la Ley de Cámaras no les impedía actuar un grupo de empresarios encabezados por Luis G. Sada decidió crear un organismo que no se rigiera por la Ley de Cámaras, y así surgió la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) en el mes de septiembre de 1929.
En los años setenta ya tenía 54 centros empresariales en el país, agrupando a más de 36 000 empresarios y empleando a más de dos millones de personas.

El Consejo Coordinador Empresarial
La preocupación por actuar por encima de los marcos regulatorios del Estado hacia el sector empresarial, llevó a los principales representantes de las corporaciones privadas en México a fundar el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) el 5 de agosto de 1976. El CCE agrupa a los organismos cúpula del sector privado en México. Es importante llamar la atención sobre el momento de su fundación: es el final del Gobierno de Luis Echeverría con quién el sector empresarial había tenido fuertes enfrentamientos, ya había sido electo el nuevo Presidente, José López Portillo, y el sector empresarial deseaba mostrar cuál sería la manera en que se entenderían el poder político y el poder económico en el futuro.

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