Colegios,
asociaciones y federaciones de médicos especialistas han reclamado al
Presidente Andrés Manuel López Obrador, diciéndose agraviados, por la presencia
de 585 médicos y enfermeras cubanas en México con el fin de combatir el
Covid-19. Se formula el reclamo en momentos en que los servicios de estas
brigadas son reconocidos en diversos países, incluyendo algunos del mundo
desarrollado, por el importante papel que han desempeño en el control de la
propagación de la enfermedad. ¿Tienen razón los organismos protestantes? ¿En
México no hacen falta médicos? ¿Es tan extraordinario nuestro sistema de salud
que ese personal médico nada puede aportar?
Si comparamos a Cuba
con el Estado de Sonora encontramos resultados dispares y sorprendentes en el
combate a la pandemia; tenemos que al 15 de junio en Cuba se han acumulado
2,262 casos, con 1965 personas recuperadas de Covid-19, y 84 fallecimientos. En
Sonora, en cambio, se han acumulado 4,097 enfermos por el maléfico virus con
393 decesos, a pesar de que Cuba tiene 11,338,138 habitantes al terminar el año
2018, y Sonora apenas cuenta con la cuarta parte, 2,850,330 personas, si nos
comparamos con el país caribeño, según datos del INEGI para 2015.
Sería preferible que
el cabildo de Hermosillo y su presidenta invitaran a ese tipo de médicos a
colaborar en el combate a la pandemia, en lugar de invertir en patrullas y su
fuerza represiva dedicada a hostigar y reprimir ciudadanos. Esa sí sería una
auténtica política pública. Necesitamos médicos con sentido social y humano y,
también, funcionarios con esos valores.
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