1. La doctrina del Destino manifiesto no es
estrictamente estadounidense. Se remonta al siglo XVI y más precisamente al
conflicto británico-español: la modernidad reformista
anglicano-puritana contra el misoneísmo contrarreformista español.
2. Los norteamericanos recogen, al inicio del siglo
XIX, los elementos conflictivos de esa confrontación tricentenaria y construyen
una doctrina justificativa de su poder, superioridad y su
imperialismo predestinado.
3. La herencia histórico-religiosa inglesa pasa
casi integra a sus colonias americanas y condiciona la formulación de la tesis
misional, política, económica y espiritual de los habitantes de los territorios
septentrionales.
Con la independencia los colonos secularizan al
máximo la doctrina que termina siendo el destino patente o evidente (manifest).
Un destino preordinado, fundado en la vieja teología puritana: discriminatoria,
que divide a los hombres en elegidos y réprobos,
en razas y en naciones.
Nosotros, en tanto pueblo mayoritariamente católico
devenimos para ellos en hombres réprobos, racialmente
inferiores y una nación desordenda de segundo rango.
Al nacer México, como nación independiente,
cortamos los lazos con un pasado que juzgamos negativo, pero los
angloamericanos nos endilgaron todos los vicios que durante siglos sus
ancestros habían atribuido a los españoles. No nos sirvió distanciarnos de
éstos; la doctrina del Destino Manifiesto se había constituido al calor de la
disputa contra los españoles y los angloamericanos nos echaron encima la montaña
de prejuicios que habían formulado.
4. Para los anglicanos "todas las acciones y
decisiones humanas" son resultado de la vocación o llamado (calling)
con el que Dios favorece a sus elegidos.
Los europeos de los siglos XVI y XVII envidiaban la
fortuna de España con sus colonias americanas, cosa que se muestra en la
literatura de varios de sus creadores, entre los que sobresale Shakespeare.
Para los ingleses del siglo XVI el título de mayor
legitimidad es espiritual, alguna otra estructura colonial que no
responda al calling con que Dios favorece a sus hijos elegidos
tiene o da legitimidad.
Los colonos ingleses eran el instrumento elegido
por Dios para llevar "Su palabra a los indios." La llegada de los
anglos a América significaba la derrota de Satanás.
Si la evangelización, mediante la palabra de Dios
no daba resultado, se podría ensayar hacerlo "'por medio del mercantilismo
y del comercio'."
Mal que bien el sistema de dominación español
otorgaba cierta protección legal a los indígenas, pero el sistema inglés --- y
más tarde el norteamericano, su heredero--- creó numerosas dificultades para
ellos y obstruyó sus relaciones en todos los ámbitos.
Los conquistadores anglos opinaban que a los indios
había que tratarlos con benevolencia si era útil pero, en caso contrario, había
que recurrir a los soldados para que los desbastaran y quedaran listos para la
palabra de los predicadores. A cambio de los bienes materiales que los anglos
obtenían de los indios los recompensaban otorgándoles la conversión cristiana.
5. Los marinos anglos buscaban inicialmente un paso
marítimo hacia el Oriente ---ambición que también albergaban los españoles---,
pero al no encontrarlo decidieron formar establecimientos coloniales
permanentes en las costas de Nueva Inglaterra y Virginia. Cuando esto ocurrió
sustituyeron el objetivo asiático por el cercano oeste americano. La ambición
por el Oriente se transformó en la ruta "'Al Oeste'", que luego los
norteamericanos convirtieron en: "'al lejano Oeste'" (Far West).
Este fue el objetivo expansionista inicial de los yanquis a cuenta de las
tierras de los pueblos indios.
La expansión anglo hacia el oeste americano estaba
acicateada por el interés en la obtención de pieles, proceso en el que
establecieron la frontera inglesa con los pueblos indios, frontera que fue
mudando de lugar cada vez más al oeste. A fin de cuentas, Dios les había
reservado las tierras situadas al norte de Florida para reducir a los indios a
la civilización cristiana. Apareció entonces el espíritu de Frontera,
que alentó la expansión en la medida que llegaban más y más nuevos colonos
europeos. El río Grande (el río Bravo) había sido designado por la Providencia
como frontera entre las dos grandes naciones, y un día se aventuraron a
llevarla hasta él.
6. Los fracasos colonizadores de otras naciones en
el septentrión americano, particularmente de los españoles, fue interpretado
por los anglos como designio divino: Dios les reservaba esa región. El
principio político de la unlimited America tiene su origen en
esa creencia.
7. Como los ingleses no encontraron la ansiada ruta
marítima hacia el Oriente, ni descubrieron oro en la región nórdica, buscaron
este metal hacia el sur: asaltando los galeones españoles que transportaban oro
y plata. Fue la manera de paliar la bancarrota que hacia 1578 sufrían los
grandes y pequeños inversionistas que no habían tenido la misma fortuna de los
españoles en el sur del continente americano.
8. El gobernador de Virginia, Ralph Lane, decía que
encontrar una rica mina de oro, o un pasaje hacia el Mar del Sur (el Océano
Pacífico), era lo único que podía volver atractiva a esa colonia americana. Las
colonias inglesas en América sólo arraigaron hasta el siglo XVII, cuando los
colonos de Virginia dieron con un producto de fácil obtención, cómoda exportación
y gran demanda en Europa: el tabaco; de la misma manera que los de Nueva
Inglaterra habían encontrado fortuna con las pieles.
9. Los ingleses justificaron el atraco contra los
galeones españoles, cargados de oro y plata, aduciendo que no les permitían
comerciar con las Indias. Contra los franceses utilizaron argumentos
semejantes, decían que aunque pudieran estar interesados en los mismos
territorios que ellos, Dios estaba con los británicos; la falta de paz interna
en Francia era otra prueba divina favorable a la ambición inglesa. Estos son
los "fundamentos" que los norteamericanos heredaron de sus ancestros
y utilizaron pronto para despojar a sus vecinos del sur: México; argumentos
que, remozados, siguen utilizando hoy en día en cualquier parte del mundo.
Recordemos que tanto en 1847, como en 1914 y en
1916, los yanquis alegaron falta de estabilidad en México para intervenir
militarmente. La falta de estabilidad interna en los países ha sido, a lo largo
del tiempo, el pretexto para mediar en los asuntos internos de
otros pueblos.
10. "La reforma religiosa inglesa,
anglicano-puritana, liberó las energías psíquicas y desató las fuerzas
económicas de la nación; consolidó la clase media burguesa e hizo de sus más
jóvenes e intrépidos representantes una élite ambiciosa y
agresiva, como pocas veces se ha dado en la historia de Occidente." (p.
43).
Los ingleses se propusieron ganar a los indígenas
para su religión. Este proceso de adoctrinamiento y politización: "se
transformará al correr de dos siglos en lo que en la interesada jerga política
norteamericana se denominó la extensión del área de la libertad sobre
los pueblos iberoamericanos sometidos a sus irresponsables y tiránicos
gobiernos." (Ibid).
Un ideólogo inglés de apellido Peckham recurría al
argumento aristotélico de la servidumbre natural para
justificar el sometimiento de los pueblos indios.
"Desde el punto de vista de los ingleses, por
razones de seguridad tenían derecho a repeler con fuerza las agresiones de los
indios y practicar toda suerte de represalias; (p. 46) ese es el origen de la
doctrina de seguridad nacional de los gobiernos estadounidenses que hoy se
esgrime bajo el concepto de Guerra Preventiva. El argumento es el
mismo: Irak y Afganistán eran amenazas para la seguridad nacional de los
Estados Unidos; Corea del Norte e Irán son amenazas actuales, y en virtud de
todo ello la potencia vecina reclama la facultad de tomar represalias.
Recientemente el presidente Bus ha etiquetado a un grupo de países como Eje
del mal, entre los cuales se encuentra Cuba; el asedio gringo se extiende
al gobierno de Hugo Chávez en Venezuela y a cualquier otro que, desde su
óptica, amenace los intereses económicos de los estados Unidos, los cuales
también son asunto de seguridad nacional. Esa política hostil ha llevado al
presidente Chávez a decir que el gobierno de los Estados Unidos es una amenaza
para la humanidad.
11. Para conformar la empresa colonizadora
británica: "contribuían los amigos poderosos, los comerciantes ricos y los
personajes de la corte (incluida la propia reina las más de las veces)
suscribiendo acciones mediante aportaciones en metálico o en especie (barcos,
vituallas, armamento, maritatas, etc.)." La colonización se constituía
como una empresa de accionistas autorizada por el Estado, el cual se reservaba
el derecho a nombrar gobernador, almirante, tesorero, consejeros y el resto de
los funcionarios. Los accionistas aceptaban porque esos nombramientos recaían
en clientes o personas conectadas económicamente con ellos. Si había éxito los
accionistas recibían un porcentaje a cambio. El seguro contra las pérdidas era
la autorización del estado para que los capitanes de mar pudieran ejercer la
piratería.
Esta es la historia repetida de los fracasos de la
colonización inglesa desde la segunda mitad del siglo XVI hasta comienzos del
siglo XVII (cuando se funda James Fort, en 1607, luego
llamada Jamestown). Otra razón para practicar la piratería era
que las expediciones no suministraban ganancias inmediatas, lo cual se resolvía
asaltando galeones españoles. Este tipo de ganancias "contribuyeron en
buena parte a la consolidación de la economía capitalista en Inglaterra a costa
del imperio español." (p. 54). Cabe agregar: a costa de la riqueza de
nuestro suelo.
12. En el siglo XVI la misión cristianizadora
se entendió simplemente como comunicar la palabra divina,
contenida en la Biblia, a los indios. Tanto los ingleses como los indios debían
realizar el mandato más caro a los ojos de Dios: cultivar la tierra de manera
intensiva y extensiva.
13. "' The Puritan
way of Life'".- En el siglo XVII la doctrina puritana acompañó a
Inglaterra en su papel de abanderada del progreso y la modernidad. Con las
mismas doctrinas los peregrinos (1620) y puritanos (1628)
pusieron las bases, en Nueva Inglaterra, de lo que posteriormente serían los
Estados Unidos. Allí se forjó la vivencia histórica, aceptada sin rubor por los
políticos, del destino histórico, ineluctable, expreso, manifiesto, de esta
nación.
La democracia norteamericana se vio influida por la
actividad religiosa-política de la teocracia puritana de los siglos XVII y
XVIII. Esta teocracia aspiraba "a construir una sociedad espiritual y
civil de inspiración bíblica; " (p. 92). al tiempo que los gobernantes y
ministros del culto (los ancianos y mayores) eran elegidos por los fieles.
Esta teocracia democrática o puritanismo liberal se
forjó no obstante la oposición de los eclesiásticos y seglares más prominentes
de la Bahía de Massachsetts, quienes eran enemigos de la democracia popular.
Tanto la democracia como la doctrina pragmatista hunden sus raíces en los
distintos grupos puritanos separatistas de Nueva Inglaterra.
En las colonias de los anglos en América se mantuvo
el impulso calvinista dirigido a "utilizar la misión religiosa como
instrumento de reforma social;" (p. 94) al tiempo que la política era
empleada "para fortalecer la moral y la religiosidad puritanas."
(Ibid). Tanto la religión como la política "constituyeron el característico sistema
de vida puritana;" (Ibid). Este cerrado método de vida era programado
por Dios para uso exclusivo de sus elegidos: "los predestinados a la
salvación transterrena y abocados por lo mismo a la glorificación terrenal
(éxito, poder, riqueza, mando y predominio)." (Ibid).
14. John Milton fue un poeta y tratadista político
muy leído en Nueva Inglaterra; contribuyó decisivamente a exaltar el
individualismo y la libertad, defendiendo lo que hoy llamamos libertad de
imprenta. Al igual que Juan Calvino convirtió en razón de ser la venganza
contra los tiranos; sostuvo que los gobernantes eran depositarios de un poder
delegado por el pueblo, quién era poseedor de una libertad primitiva. Hay que
recordar que contrario a Ignacio de Loyola, quién recomendaba renunciar a las cosas,
Calvino no acepta renunciar a ellas y recomienda usar las cosas como si no se
usaran, comprar como si no se comprara; esta timida posición, que no desdeña
poseer, da lugar a la teoría vocacional que permite al creyente calvinista
ocuparse febrilmente de las cosas del mundo. En esas ideas se encuentra el
cimiento del individualismo acumulador norteamericano.
15. El puritano histórico reclama la máxima
libertad para buscar su propia ganancia privada y de esa manera servir a Dios y
al sector elegido del género humano. "Su libertad para obrar bien, es
decir, para producir, aceptar y acumular riquezas, posee un significado muy
cercano al de laissez faire de la economía liberal." (p.
103).
La escuela económica inglesa está sustentada en la
doctrina calvinista. La arraigada creencia protestante en la posibilidad de
mejorar y modificar la sociedad cristiana mediante las doctrinas y dogmas
religiosos, desembocó en la secularización de las teorías económicas, que con
el tiempo pusieron los cimientos de la escuela clásica, que culminó en la
apoteosis de la escuela liberal: el laissez faire; esto es la
realización de la felicidad humana.
La pugna calvinista cristiana, pasando por John
Locke y Thomas Jefferson, se tradujo "en la lucha por la libertad política
y la dignidad humana; la libertad espiritual de los grupos anabaptistas[2] conduciría
pues a la libertad política." (p. 104).
Cuando las huellas del puritanismo se borraron en
la sociedad norteamericana solo quedó la inercia del ahorro, de la inversión y
la acumulación capitalista, sin olvidar la justificación de la codicia como la
borrosa marca de la elección. El elegido de Dios es ahora el millonario, y la
nación bienaventurada es la que tiene el mayor número de ellos.
16. La teoría del destino manifiesto es la
filosofía práctica de la burguesía norteamericana en proceso de gigantesco
crecimiento económico y político. Sirve también para justificar la intervención
en aquellos países en donde se alega una situación caótica. En estas ideas se
han basado las intervenciones (mediaciones) estadounidenses en América Latina y
el resto del mundo: 90 intervenciones en 172 años.
La frase manifest destiny se
popularizó a raíz de la ocupación de Texas por los yanquis. El periodista John
L. O' Sullivan escribió el concepto de dominio popular en la edición de
la Dempcratic Review de julio-agosto de 1845. Esta teoría
expansionista está ligada directamente a los agravios que históricamente
Estados Unidos ha cometido con México.
[1] . Ortega y Medina, Juan A. Destino
Manifiesto. Alianza Editorial Mexicana-Consejo Nacional para la Cultura y
las Artes. México, 1989.
[2] . Se trata de una secta religiosa del siglo
XVI que defendía el derecho de los niños a no ser bautizados antes de
llegar al uso de razón.