La privatización de las playas de San Carlos
avanza rápidamente. En la foto una cerca marca la "propiedad privada"
que limita el movimiento de los visitantes en la playa de San Carlos, justo en
donde inicia la zona hotelera. A la playa se llega por un callejón de acceso,
al fondo se distingue el Cerro Tetas de Cabra.
El estero de San Carlos ya no tiene vida y es aprovechado como
"marina"; si bien al norte todavía queda una entrada a manera de
arroyo que conserva algunos mangles, los cuales habrán de perecer
inexorablemente por la contaminación.