El Partido Conservador (las elites del PRI y el PAN, unos treinta grandes empresarios asentados en el país y sus réplicas locales) lleva adelante una política depredadora no solo de la economía, la seguridad y el bienestar social y de la tranquilidad del pueblo mexicano, sino de la naturaleza de nuestro país. Para no mencionar hechos relativamente retirados de nuestro entorno, veamos lo que ocurre a nuestro alrededor en donde esa política es visible.
En San Carlos Nuevo Guaymas las playas, cerros y esteros han sido ocupados por los llamados “desarrollos”, empresas turísticas que se han ido apoderando de los espacios en donde los porteños solían esparcirse; todo eso con la complacencia de las autoridades federales y locales, supuestamente porque generan fuentes de trabajo; las empresas turísticas y urbanizadoras ofrecen empleos mal pagados a cambio de quedarse con el paisaje sonorense.
En la foto la playa de Los Algodones, con sus dunas de arena blanca, han sido cercadas y prácticamente expropiadas a los guaymenses, quienes cada vez tienen que ir más lejos para arrimarse al mar.
Un acercamiento a las hermosas dunas que ahora solo podrán disfrutar quienes tengan dinero para costearse ese lujo.
Este es un hotel que se ha apropiado, junto con otros propietarios de fincas cercanas, de las hermosas dunas de Los Algodones, distinguimos que ondea la bandera de las barras y las estrellas, dos más y para no dejar también la mexicana.
En la siguiente foto puedes distinguir a la izquierda una "marina", que obviamente no es disfrutada por los pangueros, quienes pescan en esos lugares desde mucho antes de que fuera escenario de la filmación de una película de guerra angloamericana, por allá en 1969, pero que han sido corridos de esos lugares. Como los bañistas guaymenses los pescadores cada vez se alejan más de sus lugares de pesca y esparcimiento tradicional.
En la foto siguiente lo que queda de El Palmar, nombre con que se conoce todavía este lugar dotado por la naturaleza con palmas de la región, pero que los "desarrolladores" han ido extinguiendo, porque se las llevan para adornar sus "creaciones". Luego vemos el acceso a uno de esos paraísos para extranjeros que pocos sonorenses pueden adquirir. Enseguida un cerro también privatizado y, luego, al sureste el Cerro Tetas de Cabra, emblema de la región, con sus laderas escaladas por el asfalto y las casas en venta o vendidas.
Esta es la entrada cerrada a visitantes sin recursos para costaerse una estancia en este pequeño mundo privado. En los años ochenta era manejado por el Hotel Mediterranee para el turismo europeo, y después pasó a otro consorcio.
El juicio de que los "desarrolladores" son una burguesía depredadora no es gratuito, en la siguiente foto vemos como han transportado la flora de la región, consistente en cactus que tardaron muchisimo tiempo en crecer, para adornar el acceso a este lugar paradisiaco. Como era de esperarse, algunos se han secado.
El mismo hotel en cuestión secó los mangles del estero de Los Algodones para dedicarlo a una "marina" para sus clientes; ni siquiera se tomaron la molestia de construir una, fueron capaces de destruir la vida de este estero, el cual conocí con vegetación marina y ahora solo uno que otro mezquite se observa en sus orillas desoladas. Vea las siguientes tres fotos.
En la foto se observa la entrada del mar al cadavérico estero de Los Algodones; lo dejaron por consideraciones prácticas: surte de agua a este laguito privado, permite el acceso a los marineritos hospedados en el hotel y, además, le da un aire romántico al lugar y a la fantasía de los vacacionistas.
Las tres últimas fotos nos muestran un cerco que cierra el paso a los bañistas locales, con su usual guardia que "vigila" adormilado, y al fondo una torre, probablemente otro hotel, en la misma orilla de las arenas de harina de Los Algodones. Unos metros de allí este "dueño" no vaciló en anunciar con su letrero que ese mundo nos ha sido expropiado; y en la última vemos al Cerro Tetas de Cabra mancillado, pues los "desarrolladores" no vacilaron en destruir su precaria naturaleza para conducir a sus clientes al mismo cielo. A la izquierda se lee: "Bahía El Encanto Residencial".