Según Immanuel Wallerstein creó el concepto
movimiento antisitémico, en la década de los años setenta del siglo XX, para
referirse a dos tipos de movimientos: uno es los llamados movimientos sociales
y, el otro, es los movimientos nacionales.
Por su parte, los movimientos sociales contemporáneos que tratan
de enfrentar y superar los efectos nocivos de la globalización capitalista
neoliberal prefieren definirse como movimientos alterglobalización para evitar
el concepto negativo de antisistémico o antiglobalización y, más aún, el
concepto perverso atribuido a Ernesto Zedillo: globalifóbicos. El concepto
altermundista hace referencia a la idea de que "Otro mundo es
posible", concepto que tendría su origen en los trabajos del Foro Social
Mundial realizado en Porto Alegre Brasil en el año de 2001. Estos movimientos
se definen por su oposición a la globalización depredadora, y entre sus métodos
de acción utilizan los recursos y métodos de la llamada globalización cultural.
Se trata de movimientos plurales, pues existe gran diversidad
política e ideológica entre sus miembros. Esta característica excluye de
inmediato cualquier simplificación relativa a una afiliación mecánica de los
grupos que promueven medidas alternativas de algún aspecto de la amplia textura
del sistema socioeconómico y sociopolítico con los grupos y partidos políticos
de izquierda; pero cabe aclarar que los vincula la resistencia del sistema
hegemónico a las alternativas y cambios que proponen. Por eso existe una vía
natural -no transitable de manera obligatoria y necesaria- entre dichos
agrupamientos y la conformación de un polo social y político de izquierda.
El altermundismo se compone de asociaciones civiles,
organizaciones de la sociedad civil, movimientos sociales y redes ciudadanas,
que agrupan a campesinos, estudiantes, sindicalistas, ecologistas, defensores
de derechos humanos, pacifistas, y miembros de organizaciones políticas, entre
otras muchas tendencias y orientaciones. Sus métodos de lucha van desde el
envío de mensajes por internet hasta la acción directa contra los cuerpos
policiacos que intentan “volverlos a la cordura”; también incluyen campañas de
desobediencia civil de diferente tipo.
El levantamiento zapatista del primero de enero de 1994 es
considerado como la primera protesta social contra los efectos nocivos de las
políticas neoliberales de la globalización capitalista y, por ende, como el
primer intento exitoso de resistencia al neoliberalismo. El efecto zapatista se
inicia con la Primera Declaración de la Selva Lacandona, con la cual el
movimiento se da a conocer, y con la realización del Primer Encuentro
Intercontinental por la Humanidad y Contra el Neoliberalismo. Los zapatistas
realizaron en 1997 un segundo encuentro en el mismo sentido.
En tanto, el movimiento altermundista en Estados Unidos se vuelve
visible tiempo después, durante la protesta social de Seattle en 1999. Cabe
recordar cómo en la década de los años noventa la globalización era presentada
con el lenguaje de los dueños del capital y la riqueza. Las protestas
antiglobalización despojaron a esa política de su pretendida pureza y obligaron
a algunos de sus beneficiarios a incluir en su lenguaje términos y propuestas
que hacen alusión a los derechos laborales, a la protección del ambiente, a los
derechos humanos, al combate a la pobreza y a una distribución más justa de la
riqueza.
En México, los movimientos, organizaciones y personajes que han
tomado posición en torno a la necesidad de modificar los efectos nocivos de las
políticas privatizadoras y rapaces presentadas como públicas, son muy amplios y
presentan una gran diversidad de matices, profundidad, consistencia y forma de
organizarse. Aquí destacaremos solamente algunos ejemplos.
Desde que en los años setenta la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) realizó su primera conferencia sobre Ambiente Humano este tema se
puso en primer plano. El movimiento contra la construcción de la planta nuclear
de Laguna Verde, Veracruz, en 1984 es tan solo uno de los primeros
antecedentes; pero cabe destacar que desde esa década los ecologistas
encuentran interlocutores en los medios de comunicación y participan en la
Cumbre de la Tierra. Hoy los movimientos ambientalistas en el país tienen una
gran diversidad, tanto en objetivos como en métodos de lucha. Referente a los
objetivos, varían desde aquellos dirigidos a combatir la contaminación del
aire, del agua, del suelo, la erosión, pasando por el manejo de residuos
peligrosos y desechos sólidos de impacto ambiental; y prosiguiendo con el
ordenamiento ecológico del territorio, el manejo de las áreas naturales
protegidas (manglares, bosques, selvas, medio marino, protección de ríos y
humedales); para continuar con una lista inconclusa, pero que incluye la
defensa de especies amenazadas o en peligro de extinción, el cambio climático,
las tecnologías contaminantes , las energías alternativas, la agricultura
orgánica, y los productos y semillas transgénicas, entre otros muchos aspectos
que distinguimos con un etcétera.
Los derechos humanos han generado una amplia variedad de
movimientos, organizaciones y acciones personales, desde aquellas que proclaman
el respeto a los derechos civiles y políticos (derechos de primera generación)
hasta aquellas más profundas del humanismo radical que plantean como objetivo construir
el sujeto humano y humanizar la vida. En este sentido, se plantea la lucha por
los derechos económicos, sociales y culturales (derechos de segunda generación)
que en México ha dado lugar al Movimiento Nacional en Defensa de la Economía
Popular, el Petróleo y la Soberanía. Para continuar con los derechos de
solidaridad (de tercera generación), tales como: la lucha por la paz, la
calidad de vida, el ambiente sano, garantías contra la manipulación genética,
el uso de la ciencia y la tecnología; y seguir con la demanda de solución a los
problemas alimenticios, demográficos, educativos y ecológicos; así como los
derechos del consumidor, a la vida digna y el libre desarrollo de la
personalidad.
La idea de un mundo único e indiferenciado, subyacente a las políticas
globalizadoras del neoliberalismo capitalista, encuentra seria resistencia en
quienes lo entienden como un mundo diverso en donde existen seres humanos
también diversos. La Asamblea de Movimientos Sociales realizada en Dakar
Senegal, durante el Foro Social Mundial 2011, llegó a una serie de acuerdos
generales de los cuales destaco algunos de los relativos a la diversidad
humana. La Asamblea se pronunció por el respeto a la diversidad sexual, el
derecho a la autodeterminación de género, contra la homofobia y la violencia
sexista, además de contra la violencia hacia la mujer. En México existe una
gran diversidad de grupos de diverso signo y tendencia: de información sobre
reproducción asistida; de servicios humanitarios en salud sexual y reproductiva;
de atención sicológica, sexológica y educativa para el crecimiento personal; de
promoción al desarrollo de la juventud; de atención integral a la pareja;
asociaciones de carácter civil como: Católicas por el Derecho a Decidir; de
formación de liderazgos sociales para jóvenes de ambos sexos; de planeación
familiar; sobre democracia y sexualidad; de salud integral para la mujer, de
ejercicio libre de su sexualidad, de respeto a sus derechos sexuales y
reproductivos y de combate al machismo que las afecta; de fortalecimiento de la
cultura cívica (igualdad, libertad y privacidad); para tender puentes entre las
mujeres y los congresistas; incluyendo el Fondo de Población de Naciones
Unidas.
La solidaridad con los pueblos originarios encontró eco en las
raíces profundas, pluriculturales y pluriétnicas del tejido social mexicano,
patentizado en el amplio apoyo brindado al movimiento zapatista en particular
-desde su nacimiento- e indígena en general. Aspecto sobre el cual no voy a
extenderme.
La posibilidad de encontrar vasos comunicantes entre los
movimientos altermundistas y la conformación de un polo social y político de
izquierda en México se encuentra siempre abierta. Este es el caso del
Movimiento de Unidad Social-Por un Gobierno del Pueblo (MUSOC-GP) que agrupa a
organizaciones indígenas, populares, sindicales, campesinas, estudiantiles, de
derechos humanos y cristianas; con presencia –según ellos mismos- en más de 700
municipios de las 32 entidades federativas del país. La historia de este
movimiento –de acuerdo a sus protagonistas- dataría de décadas, proceso en el
cual habrían acumulado experiencia en la lucha social y en labores de
propaganda y organización de los sectores más pobres de nuestra patria. El
MUSOC-GP es un movimiento popular y ciudadano que está organizando brigadas de
activistas en todos los municipios y comunidades de las ocho regiones de
Oaxaca; pero buscan trascender las fronteras estatales para sacar a la derecha
del poder en México. En razón de ese objetivo el domingo 27 de marzo de 2011
firmaron un acuerdo con el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) para
llevar a Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la República.
Por lo que respecta al Movimiento de Regeneración Nacional esta
agrupación señala contar con 2 mil comités municipales integrados por 14 mil
ciudadanos, haber formado 25 mil comités en igual número de secciones
electorales del país, y se propone integrar un comité en cada una de las 65 mil
secciones electorales con que cuenta la República mexicana. En los 25 mil
comités formados participan 100 mil ciudadanos, y cuando a fines de 2011 hayan
integrado los 65 mil comités de sección electoral contarán con 250 mil
dirigentes de base en todo el territorio nacional.
El Movimiento de Regeneración Nacional espera contar con 4
millones de Protagonistas del Cambio Verdadero (PCV), como denomina a los
integrantes de base, al finalizar 2011. Su expectativa es que cada miembro
reúna cinco familiares y amigos con lo que dispondría de una fuerza política
integrada por 20 millones de personas. Señalan que diariamente se anotan 10 mil
personas.
El éxito del Movimiento de Regeneración Nacional dependerá
fundamentalmente de dos factores: el primero es que logre consolidar su
organización interna y, el segundo, es que se logre vertebrar con el amplio,
variado y heterogéneo movimiento social y altermundista del país.