La política es adjetivada como social, económica, pública, y otros calificativos más; pero en esencia expresa las ideas, posiciones, decisiones y prácticas de individuos y grupos con intereses de clase concretos.

Enrique Alfaro, de tal palo, tal astilla




El actual gobernador del Estado de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, bebió en familia el espíritu represor, lo expresa mediante el uso de la violencia, las mentiras y la insana conducta de acusar a otros de sus propias acciones. Es hijo de Enrique Javier Alfaro Anguiano, quien no obstante haberse graduado de abogado en 1967, fue Presidente de la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG), en los trágicos días de la represión contra los estudiantes en Jalisco con motivo de los acontecimientos del México 68. La FEG fue un organismo criminal encargado de controlar a los estudiantes de la Universidad de Guadalajara, aunque extendió su poder al sistema educativo estatal. El final de este organismo llegó cuando asesinaron a cuatro estudiantes y un padre de familia y los enterraron en el mismo edificio que el gobierno federal le había mandado construir en el año de 1971, en la céntrica colonia Miraflores, por una disputa de cobro de “derecho” de piso. El edificio fue recientemente demolido para intentar enterrar la historia criminal de la mentada FEG.

En el año de 1967 Enrique Javier Alfaro Anguiano, asumió la presidencia de ese organismo gansteril; en un discurso dirigido a los estudiantes ratificó su decisión de utilizar la violencia si rompían el orden: “violencia que se ha recurrido cuantas veces ha sido necesaria su uso, pero no como medio de destruir un orden creado, sino como el supremo recurso de mantener la integridad física de nuestras instituciones”.[1]

EN 1968 la FEG de Enrique Alfaro, con el apoyo del gobierno del Estado de Jalisco, del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz y de los cuerpos de seguridad, reprimieron violentamente a los jóvenes que trataron de apoyar a los huelguistas de la ciudad de México, con métodos en extremo convincentes; leamos lo que nos dice José Flores, una de las víctimas de la represión de Enrique Alfaro en ese trágico año: ‘“A uno de estos jóvenes que era maestro de la Universidad Nacional Autónoma de México lo detuvo la FEG cuando se manifestaba a favor de los jóvenes masacrados en Tlatelolco y fue trasladado a la XV Zona militar de Jalisco, ahí lo torturaron, le hicieron lo que quisieron, a grado tal, que le marcaron sus partes nobles con navaja de rasurar. Lo liberaron posteriormente, lo vigilaron durante días y posteriormente lo expulsaron de la Universidad de Guadalajara, donde estaba como profesor invitado’.”[2]  Cabe aclarar que otros no tuvieron tanta suerte.

Como premio a su celo educativo como dirigente de la FEG -- “la letra con sangre entra”-- fue designado director de la Escuela Preparatoria número 4, luego: director del Departamento de Enseñanza Preparatoria, posteriormente secretario general de la Universidad de Guadalajara –en agosto de 1978 ostentaba este cargo-- del que brincó a Rector de la misma Universidad del 1° de abril de 1983 al 31 de marzo de 1989. Al dejar la rectoría ya tenía seguro su siguiente hueso: Notario Público.

En 1989 la cúpula adueñada de la Universidad de Guadalajara, encabezada por el ingeniero Álvaro Ramírez Ladewig, cedió a los lloriqueos de Raúl Padilla López, proveniente también de la nefasta FEG, de la cual había sido Presidente, y lo designó Rector. Padilla se vinculó con el espurio presidente Carlos Salinas de Gortari, modificó la ley orgánica de la Universidad de Guadalajara, se deshizo de su protector Álvaro Ramírez Ladewig y se proclamó nuevo Zar de la Universidad Pública, institución de la cual todavía funge como cuasi dueño; líder “moral” dicen sus propagandistas. El rompimiento de Padilla con la FEG para crear su propia FEG, bautizada como: Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), significó el rompimiento con la vieja clase política que regenteó la institución educativa durante décadas, deshaciendo la ruta tradicional de ascenso en la nomenclatura universitaria. El nuevo Zar envió a obtener grados en el extranjero a sus seguidores para promoverlos a los puestos de mando en la institución, cortando el paso de los descendientes de la vieja clase política universitaria. El joven Enrique Alfaro Ramírez ya no estudió su ingeniería en la Universidad de Guadalajara, sino en el clerical Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO).

Priista, perredista y agente libre en el Movimiento Ciudadano, Alfaro Ramírez fue el único candidato a Gobernador que se negó a abrir su casa a la entrevista que le realizaron los medios de comunicación durante la campaña electoral. Siendo Presidente Municipal de Tlajomulco de Zúñiga rompió con el Zar Raúl Padilla López, para aliarse de nuevo con él, ya como Gobernador del Estado de Jalisco; actualmente se habla de fisuras entre ellos por el manoteo del dinero proveniente del endeudamiento público. Su fin último: ser candidato a la presidencia de la república, por quien sea, en 2024. 

En algo más de un año habrá encajado una deuda de alrededor de 22 mil millones de pesos a cuenta del Estado de Jalisco, con el fin de apoyar la “recuperación” de las empresas privadas y emprender obras que lo presenten como gran constructor, aunque en el año 2019 el 84.62% de los ingresos del Estado de Jalisco fueron por las participaciones y aportaciones federales, pues el gobierno de Jalisco solo recauda el 9.94% de sus recursos mediante ingresos propios. Alfaro es de los gobernantes que, como Célida López Cárdenas, solo pueden gobernar endeudando a la ciudadanía o vendiendo bienes públicos. Recientemente ha reanudado sus ataques al gobierno de Andrés Manuel López Obrador con motivo de las protestas por el asesinato de un joven en el Municipio de Ixtlahuacán de los Membrillos por parte de la policía de ese municipio; homicidio impune para las autoridades judiciales del Estado.

El mismo Alfaro, siempre contendiente en pleitos que no le tocan, se lava las manos, pretendiendo que no es de su competencia, pero los jóvenes que protestan no se enredan en formulismos legales, bien saben que el Gobernador suele ir más allá de la supuesta división de poderes, pues han sido públicas sus amenazas contra la población por no usar cubrebocas o salir de sus domicilios; así que sus imprudentes mensajes fueron recogidos por los “guardianes del orden” y se lanzaron a agredir ciudadanos. El Gobernador ignora, de manera prepotente, a la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y al Subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, con quienes dice nada tiene que hablar. Pretende no saber que en el Estado, que mal gobierna, se están violando los derechos humanos y que son instancias a las cuales debe dar cuenta. 

Alfaro califica con creces para que el Senado de la República discuta la desaparición de poderes en el Estado de Jalisco por: violaciones a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, abuso del poder, incitación a la violencia y los resultados trágicos que se están presentando.


[1] . Gamiño, Rodolfo. El Frente Estudiantil Revolucionario: antecedentes, nacimiento y represión. Taller editorial La Casa del Mago. Guadalajara, Jalisco, 1ª. Edición: agosto de 2016. P. 68.
[2] . Ob. Cit. P. 105.


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