LA COMPLEJIDAD SOCIAL EN MÉXICO
TEMPORALIDAD DE LA POLÍTICA SOCIAL
REPORTAJE /DESARROLLO SUSTENTABLE
En la mira de trasnacionales, la biodiversidad del istmo y el sureste
El Estado mexicano cede ante intereses foráneos, según especialistas
El Plan Puebla-Panamá y el Corredor Biológico Centroamericano son dos estrategias diferentes -y hasta contradictorias en algunos puntos- que se unen con un mismo fin: explotar la riqueza natural de Meso y Centroamérica, y abrir esas regiones a la explotación del capital extranjero
ANGELICA ENCISO
Con dos estrategias paralelas en la misma zona geográfica, el Corredor Biológico Mesoamericano (CBM) y el Plan Puebla-Panamá (PPP) -financiados por instituciones internacionales-, se abre el camino a las empresas trasnacionales para que accedan a la mayor riqueza biológica de la región, con la creación de infraestructura, industria y comercio.
Aunque ambos proyectos son diferentes entre sí, porque uno se plantea como objetivo la "conservación" y el otro el desarrollo industrial, representan el punto de partida para la explotación y "destrucción de ecosistemas únicos por su riqueza y diversidad biológica", sostienen especialistas.
En el sureste de México y en Centroamérica se localiza 11 por ciento de las especies animales y vegetales del planeta, ecorregiones de alta prioridad, bosques secos, humedales y bosques semófilos templados. Y sobre ellos -literalmente-, con el PPP se planea la construcción de carreteras, puertos marítimos, tendidos eléctricos y comunicaciones de fibra óptica, plantas generadoras de electricidad, oleoductos, gasoductos, vías ferroviarias, aeropuertos, canales secos y de agua, así como corredores industriales-maquiladores, detalla el investigador Gian Carlo Delgado Ramos, de la Universidad Nacional Autónoma de México.
"Se trata de las mismas líneas geográficas. La intención del PPP y del CBM es abrir la zona al capital extranjero con el apoyo del Banco Mundial (BM) y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID); las empresas financian y avisan a los grupos de los modelos a seguir. Esto va más allá de la conservación y del desarrollo. En el momento en que ambos proyectos se juntan hay un gran problema", indica Laura Carlsen, investigadora del Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano.
Entre las "trasnacionales conservacionistas" que representan los intereses de grandes corporaciones figuran el Fondo Mundial para la Naturaleza, Conservación Internacional, Nature Conservancy, además de agencias gubernamentales de los Países Bajos y de Alemania, así como deAdministración Nacional Aeronáutica y del Espacio (NASA) estadunidense.
Carlsen agrega que se pretende que la región se integre a la economía global, ya que el objetivo del PPP es vincular la zona con las necesidades del comercio y el mercado de las grandes trasnacionales, sobre todo de las que tienen sede en Estados Unidos. Mientras, el CBM busca abrir la región a la inversión bajo el esquema de servicios ambientales,entre los que se incluyen convenios de bioprospección, ecoturismo y sumideros de carbono.
Incluso hay programas de conservación del CBM que se contraponen con el PPP, como es el caso de las plantaciones forestales, que son medidas dañinas para la biodiversidad porque en ellas se utilizan especies que no son nativas de la zona e incluso se pretende utilizar organismos transgénicos.
"El problema es que el Estado mexicano se deshace de sus responsabilidades en el área al ceder a las empresas los servicios ambientales y las comunidades sólo participarían con su conocimiento en la explotación de los recursos naturales", añade la especialista.
El CBM está considerado para los estados de Campeche, Chiapas, Quintana Roo y Yucatán, además de los países centroamericanos. El PPP comprende la misma zona más los estados de Puebla, Guerrero, Tabasco y Veracruz.
El PPP fue sugerido por el presidente Vicente Fox en 2000 y aceptado por los presidentes de la región en el marco del mecanismo de diálogo de Tuxtla en 2001.
En la zona, la deforestación, la contaminación y las endemias de flora y fauna amenazadas por el tráfico internacional y los patrones de asentamientos humanos en áreas ecológicas vulnerables y asociadas a fenómenos naturales de alto riesgo agravan la calidad ambiental de la región, indica el documento del BID denominado Hagamos de la integración mesoamericana una realidad: los desafíos de Mesoamérica y el PPP.
Destaca que después de los conflictos armados de los años ochenta "la región no atendió adecuadamente el medio ambiente y la reducción de la vulnerabilidad. Es así como el huracán Mitch, en 1998, y los terremotos de El Salvador, en 2000, ponen en evidencia la alta propensión y vulnerabilidad de la región, al producirse la pérdida de vidas humanas y miles de millones en daños materiales". Frente a ello, en una zona donde la población indígena representa alrededor de 18 por ciento -aunque en Guatemala es 48 por ciento, en México 16 por ciento y en Belice 13 por ciento-, los desafíos son el ordenamiento territorial y mitigación de desastres, así como el desarrollo humano sostenible.
En el PPP se presentan como nuevos proyectos la consolidación de actividades económicas en torno a la industria petrolera, corredores agroindustriales y diversificadores en lugares como Acapulco-Zihuatanejo, Chilpancingo-Oaxaca, Tehuantepec-Tapachula -áreas de alta diversidad biológica- y la estructuración y promoción del turismo en circuitos como Palenque-Guatemala-Bonampak, Oaxaca-Huatulco y Campeche-Calakmul.
Pero además de todo está planeada una carretera que pretende cruzar los manglares de Tabasco en México, dividiría la biosfera maya en los tramos de Tikal-Calakmu; El Naranjo y El Ceibo, en Guatemala; el canal seco de Nicaragua y zonas megadiversas de toda Mesoamérica, agrega Delgado Ramos. Entre las empresas participantes están Tribasa, Texas Connection, Texaco, Pennzoil, Monsanto y Down Chemicals.
En estas mismas áreas el BM, mediante Global Enviromental Facility (GEF) -con fondos por 16 millones de dólares para cinco años-, desde 2000 promueve "la conservación" con el establecimiento de corredores que intercomunican áreas naturales protegidas. Pero esto es a primera vista, sostiene Laura Carlsen en un estudio sobre el tema: La vida en venta: transgénicos, patentes y biodiversidad.
Detalla que el corredor busca asegurar la conectividad, conservar la biodiversidad y mejorar el medio ambiente, pero "el verdadero eje unificador del CBM es el desarrollo de un nuevo modelo para la integración económica de la región y la necesidad de atraer financiamiento para llevarlo a cabo".
La función principal del CBM "es definir una nueva forma de inserción en el mercado global para una región que ha sido simultáneamente el talón de Aquiles y la joya de la corona en los planes para conformar el Area de Libre Comercio de las Américas". Agrega que el corredor se desarrolla en un momento en que el mundo empieza a reconocer en la biodiversidad un valor planetario.
Así, los 20 millones de hectáreas del territorio que forma el CBM hacen de este proyecto "una sola entidad receptora de planes de financiamiento externos, abre la puerta a un nuevo estilo de intervención. Las áreas naturales protegidas tienen estas formas de inserción en el mercado: los servicios ambientales para contrarrestar los procesos de deterioro ambiental en otras partes del mundo; la bioprospección, para preservar in situ especies que pueden ser privatizadas o comercializadas por medio de las patentes, y el ecoturismo".
Mientras el CBM va en su tercer año de trabajo y México acaba de presentar su programa, el PPP todavía está por verse.
(La Jornada. 22 de abril de 2003. Política).
La ARIC independiente denuncia que el convoy efectuaba maniobras de prospección
Cruza la selva Lacandona una caravana ecológica encabezada por militar israelí
HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO
San Cristobal De Las Casas, Chis., 3 de marzo. Un episodio reciente, vinculado con el rancho Esmeralda, así sea por default, es el de la caravana de 40 jeeps amarillos marca Isuzu, embarcados desde Israel con el "objetivo ecológico" de recorrer la "Ruta Maya 2002 Isuzu Challenge". El 29 de noviembre, dicha expedición se internó en la selva Lacandona a partir de la ciudad de Ocosingo. Una columna se dirigió al norte, hacia Chancalá y Lacanja, y la otra fue a San Quintín y la laguna de Miramar.
La inquietud de los indígenas de diferentes filiaciones políticas en las cañadas fue grande e inmediata. Dos días después, la Asociación Rural de Interés Colectivo (ARIC) independiente denunció que el convoy efectuaba maniobras de prospección. Después, la caravana israelí se internó en Guatemala. Ahora se sabe, gracias a la página electrónica de los propios expedicionarios, que el grupo era comandado por el mayor general y piloto aviador Ben Nun Avihu, experto en guerra electrónica y ex comandante en jefe de la Fuerza Aérea israelí entre 1991 y 1993, cuando tuvo a su cargo el despliegue y operación de misiles tácticos Patriot apuntando hacia el golfo Pérsico. Nun Avihu venía asistido por el geógrafo Moshe Savir.
¿Qué relación hay entre la caravana israelí y el rancho Esmeralda? Cuando menos, la de unos huéspedes de los Wersh que, según el gobierno del estado, "alteraron" la vida cotidiana de los pueblos vecinos. Los hoteleros estadunidenses han declarado que la caravana Isuzu planeaba pernoctar en sus cabañas, pero como los zapatistas impedían el acceso de ese tipo de visitantes, esto no había sido posible.
Viaje a Montes Azules y el Petén
En compensación, los expedicionarios fueron recibidos y agasajados en la Asociación Ganadera de Ocosingo. Ahora se sabe que allí estacionaron sus jeeps y fueron conducidos en camionetas al rancho Esmeralda. Atravesaron la comunidad zapatista de Nuevo Jersusalén "como simples turistas", y pernoctaron en el camping del rancho, antes de emprender su emocionante viaje a Montes Azules y el Petén guatemalteco.
La Cooperativa de Estudios y Análisis Regionales para la Resistencia (CEARR, grupo de analistas e investigadores que labora en Chiapas, dedicado a la observación y documentación político-ambiental) divulgó a mediados de febrero un documento titulado De Irak al Usumacinta: nada es casual, donde se refiere ampliamente a este grupo de visitantes:
"Del 29 de noviembre al 11 de diciembre, encubiertos bajo las coartadas del ecoturismo, la promoción de vehículos todoterreno y pertenecer a una delegación multinacional integrada por turistas de varios países, unidades de elite de geógrafos, politólogos y militares top israelíes, a bordo de 40 jeeps embarcados desde Israel, transcurrieron durante 13 días en formación de pinza por el perímetro militar y paramilitar en la porción interna (nada ecoturística) de la selva Lacandona, fuera de su ruta declarada. El objetivo (ecological goal) declarado por los propios expedicionarios de la denominada Ruta Maya 2002 Isuzu Challenge, era 'frenar la amenaza que para la región y para el planeta mismo representa la pérdida de bosques tropicales en la zona selvática de Chiapas-Guatemala (cuenca del Usumacinta) a manos de delincuentes', proveyendo a rangers y autoridades locales (sic) con equipo celular y electrónico satelital para su búsqueda y localización, y para la prevención de estos hechos (sic)".
El documento agrega que el rally fue patrocinado por corporaciones israelíes; entre otras, Iturán, subsidiaria de Tadiran, que a finales de los años 70 y principios de los 80, bajo la dictadura en Guatemala del general Efraín Ríos Montt (hoy líder del Congreso y del partido FRG en el poder), se encargó de la "construcción del complejo de Industria Militar, la Escuela de Aviación y la central de telecomunicaciones del ejército guatemalteco en Cobán, Alta Verapaz".
A la vez, instructores israelíes que entonces "asesoraban en contrainsurgencia al ejército guatemalteco, definieron la creación de la Escuela de Kaibiles en el Petén, las Patrullas de Autodefensa Civil (PAC), formadas vis a vis como las milicias cristianas libanesas, y la estrategia de tierra-aldeas arrasadas (como en Vietnam y Palestina) que generó un éxodo masivo de indígenas guatemaltecos a Chiapas y la muerte de decenas de miles de indígenas".
El rally ecoturístico se formalizó a finales de julio de 2002 en la embajada de Guatemala en Tel Aviv. CEARR apunta que el viaje "se organizó en medio de dos sucesos extraordinarios que no sucedían hacía años en la cuenca del Usumacinta: en junio, 25 mil ex patrulleros de las PAC se desplegaron y posicionaron en la porción oriental del Usumacinta; en agosto, diversos eventos de provocación en la frontera occidental del Usumacinta (Chiapas) concluyeron con el asesinato de cuatro bases de apoyo zapatistas".
Dos semanas después de que el rally internacional partió a Guatemala (adonde, apunta CEARR, "sospechosamente ingresó con tripulación incompleta" y fue recibido por el ejército de ese país), el gobierno de Pablo Salazar Menduguchía adquirió 198 rifles de asalto Galil, "que requieren de instructores israelíes (cabeza de playa, acaso, para otros adiestramientos y asesorías)".
Estas armas fueron presentadas en las primeras semanas de 2003 por el titular de la Seguridad Pública en el estado, quien anunció que se dotará a unidades en campo con telecomunicaciones y armamento homologados a los de Guatemala, país al que se donó (o actualizó) un equipo similar de comunicación satelital.
A propósito de Isuzu, por último, CEARR señala en su informe que hace unas semanas, la cadena estadunidense CNN dio cuenta del desembarco de vehículos militares de dicha marca automotriz en Turquía, para ser utilizados en la eventual invasión del Kurdistán iraquí.
Este "inocente" nuevo turismo "de aventura", con modales castrenses, alcanzó una de sus más notables expresiones en febrero de 2001, cuando se realizó el "Crucero de la Libertad" en el mar Caribe, guiado por el ex militar Oliver North, de triste memoria en el asunto Irán-Contras del reaganismo (fraude con petróleo y armas por el cual fue procesado), y hoy héroe de la ultraderecha estadunidense. El precio por una simple litera era de mil 906 dólares, y el momento estelar, un tour por Granada, la isla caribeña donde las fuerzas armadas estadunidenses alcanzaron una gran victoria militar contra una pequeña nación casi indefensa en 1983, y la mantuvieron ocupada dos años.
(La Jornada. 4 de marzo de 2003).